Triple A bahiense: más testimonios sobre la accion de la patota en las Universidades de la ciudad*
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| Fioto Luis Salomon |
Esta semana prosiguió el debate en la Causa por delitos de Lesa Humanidad “Aceituno Raúl y otros s/tortura…” que se le sigue a cuatro imputados, acusados de pertenecer a la patota de la Triple A en Bahía Blanca entre los años 74 y 75. Las mismas se realizaron jueves 24 y viernes 25, y declararon cinco testigos.
Hay otra Historia, La Verdadera Historia
Cada semana los y las testigos que dejan su testimonio, aportan una pieza más, para dilucidar el rompecabezas que significa saber y entender la historia reciente de nuestro país.
Las verdades que aquí se manifiestan, dejan de ser experiencias subjetivas, para pasar a ser certezas escuchadas y legítimamente aceptadas por un Tribunal, un Poder estatal. Semana tras semana, se suman datos que clarifican, como fue posible instaurar en la sociedad un Estado Terrorista, que comenzó a preparar el terreno un par de años antes del 24 de marzo de 1976.
Esa etapa previa, una de las más silenciadas, es la que se está revelando en Bahía Blanca, para quedar al descubierto públicamente y ante todxs quienes quieran verla y oírla, para que Nunca Más se argumente, que no se sabía, o que se duda de su veracidad. La Historia está ocurriendo ahora, en los Juicios de Lesa Humanidad, y en Bahía Blanca, en el juicio a la Patota de la Alianza Anticomunista Argentina.
La Memoria como mejor Remedio
El día jueves 24, por videoconferencia desde Italia, declaro el testigo Higinio Calamita, quien era estudiante de Agronomía de la UNS, y militante del FAS, Frente Antiimperialista por el Socialismo. Calamita fue compañero de militancia de Luis Jesús García, El Negrito, víctima de esta causa.
Unos días antes, junto a otros compañerxs realizaron algunas volanteadas para promocionar el evento a bordo de su moto y son perseguidos por un Citroën, que les cruza el auto y “Se bajó, quien después supe que era Sañudo, me amenazo con un arma y me decía: Vos sos socialista? Vos sos socialista? Insistiendo con la palabra socialista como si Fuera una cosas diabólica…” y fue golpeado en la cara con el arma, “me dio toda la impresión que estaba delante de un pistolero, no de una persona normal”.
“Ya en esa época se hablaba de la patota de la CGT”. En esos días, la patota entro al Depto de Agronomía, en el centro de Estudiantes dejando destrozos y pintadas y a los días recibió un aviso de que en la CGT tenían la foto de él, lo cual era una señal que corría peligro su vida.
En noviembre del 74 la policía lo va a detener a su domicilio y entran a la casa rompiendo la puerta con un hacha. Al entrar, Calamita que conocía al comisario, le dijo “-ah es ud comisario! -Y quien te crees que era!- No se pensaba que era la patota de Ponce”, demostrando que tenían más terror a las Tres A que a la propia policía.
Se llevan a los dos hermanos Calamita y a pareja del Testigo, embarazada de 8 meses. Previo colocar falsamente algunos explosivos y algunas publicaciones para inculparlos. Allí comparte detención con otro compañero de militancia, Gerardo Saa de Huanguelen, el cual había sido salvajemente torturado y estaba irreconocible.
“Lo habían torturado durante horas. Casi no lo reconocí. Tenía la cara redonda, hinchada de los golpes y tirado en el piso no se podía levantar, le habían aplicado una tortura, le habían atado los brazos detrás, colgado del techo, y en esa posición le daban picana eléctrica, por lo tanto no tenía posibilidad de usar los brazos… tenía que ayudarlo a hacer todas sus necesidades. ..A él lo habían llevado a la federal”, donde lo habían torturado salvajemente.
A la noche siguiente su mujer rompió bolsa en el calabozo, todos empezaron a llamar al guardia, pateando las puertas de los calabozos, hasta que fue llevada al hospital español donde nació su bebe prematuramente. De allí fueron todos a la cárcel de V Floresta, incluyendo la esposa, al salir del hospital.
En alguna oportunidad los llevaron a declarar ante los secretarios Hugo Mario Sierra y Gloria Girotti, Posteriormente fue trasladado a Sierra Chica, Rawson y la Unidad 9 de La Plata desde donde sale en el año 81 con libertad vigilada. Todos esos años de cárcel, con una causa armada, inexistente en la cual luego fue sobreseído.
De allí se va del país exiliado “Las implicancias de nuestra historia en la vida de toda la familia, los traumas, se pueden contar en cantidades… conocí a mi hija cuando tenía 8 años”
Para finalizar agrega:
“El mejor remedio es la Memoria, indagar, saber quiénes fueron cada uno de nuestros compañeros muertos, que aspiraciones tenían, porque los han matado, porque los persiguieron, hay mucho por descubrir de los compañeros que tenían proyectos hermosos… mientras que indagando en las historias de estos asesinos, es fácil, se termina enseguida, porque salvo algún interés por dinero, esta gente ha demostrado no tener nada en la cabeza”.
Multitudinario acompañamiento al Negrito Garcia
Otro de los testigos de esta semana fue Carlos Corbellini, oriundo de Huanguelen y militante del PRT, quien era compañero de Luis García en Villa Nocito, y conocía también a Rodolfo Gini, víctimas de esta causa.
Relata que hasta antes del asesinato del “negrito” García, el 22 de septiembre del 74, no identificaban muy bien de donde provenían las patotas parapoliciales.
A partir de allí ya fueron vinculados específicamente a la gente del diputado Ponce. Corbellini narró como el multitudinario cortejo fúnebre por el asesinato de García, juntó a toda la militancia de la ciudad, quienes llevaron a mano, y caminando el cajón del militante García desde el barrio Noroeste hasta el cementerio, cruzando toda la ciudad de Bahía Blanca.
Menos de un mes después, Corbellini fue detenido, y entre sus captores identificaron al oficial Kussman (miembro de la Policía procesado en causas de Lesa Humanidad) quien era el que mandaba. Es llevado a lo que identifica como la Brigada de Investigaciones, donde identifica a su compañero Julio Fernández, por sus gritos mientras lo torturaban.
Posteriormente también es torturado con picana eléctrica en sus genitales y todo el cuerpo, con la presencia de alguien que sabía de medicina que le revisaba el corazón para ver si podían seguir. Posteriormente fue llevado a un galpón, que sería Cuatrerismo, donde lo colgaron por horas con los brazos atados hacia atrás, lo que le causo inmovilidad posterior de los brazos, por alrededor de dos meses.
Las amenazas para que hable, incluía la tortura física y psicológica “me dijeron, te conviene hablar sino vamos a utilizar el mismo tratamiento que utilizamos con el negrito, Agua, Agua, Agua, o sea AAA.” Ya en la Comisaría 2da y debido a su deplorable estado físico cuenta que “me dejaban la comida ahí y yo tenía que agacharme como un perro y comer así”.
Posteriormente fue llevado a la cárcel de Villa Floresta, Sierra Chica, Rawson y Caseros, junto a varios compañerxs. Ante las acusaciones infundadas, mediante la famosa ley antisubversiva, son sobreseídos rápidamente, aunque no pudo efectivizarse en dictadura.
El Terror dentro de la Universidad Tecnológica
Un importante testimonio fue el de Edgardo Sosa, quien era presidente del Centro de estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional donde estudiaba, y trabajador de la Petroquímica, al momento de los hechos, quien asegura que toda la ciudadanía conocía el accionar delictivo de la patota en Bahía Blanca.
Con la asunción de Oscar Ivanisevich en el Ministerio de Educación “que representaba a la extrema derecha del justicialismo” en la UTN es designado el abogado Garofoli y Mendez, “en contra de la opinión de todo el estudiantado, y a los poquitos días de asumir se hace presente toda la patota sindical que comandaba el Dip Rodolfo Ponce”.
“La patota estaba compuesta por unas Ocho personas que veíamos en la universidad y la comandaba el Moncho Argibay con el hijo y como figuras preponderante estaba Sañudo… detrás de él se ubicaba Aceituno y los demás secuaces”.
Relata que en una oportunidad “quisimos hacer una Asamblea en un aula del 4to piso y nos desalojaron de allí a través de
culatazos por las escaleras” posteriormente realizaban las asambleas en planta baja, para evitar los golpes, y los matones “de la patota sindical, se ubicaban a espaldas nuestras amenazándonos en voz baja que nos calláramos o nos quemaban.
No teníamos una dimensión real de lo que nos podía suceder, porque nos amenazaban con armas de grueso calibre, todos con Itakas y revólveres y haciendo ostentación de las armas”. Luego del asesinato de Watu, toman conciencia de lo que era capaz esta banda criminal.
En ocasión de la realización de las elecciones estudiantiles, que estaban postergadas por todas estas amenazas, “vino esta patota, entro de improviso y nos robaron todas las urnas, los padrones, se llevaron los ficheros de estudiantes, y todos los apuntes que teníamos, que era una buena inversión del Centro de Estudiantes”.
“A Garofoli y a Mendez los conocíamos y no los creíamos con la capacidad política y combativa de haber traído matones, yo creo que los designaron y después se los impusieron, porque como abogados eran mediocres, sin capacidad de conducción. Ahí había otra mano que llevaba adelante todo y que no aparecía, con el tiempo pudimos saber que el que llevaba la voz cantante era el Dr Montezanti.”
Al referirse a uno de los imputados de este juicio, Roberto Aceituno, “Ponce recolecto mucha gente de Ing White, como Aceituno. Tenía la particularidad que tenía siempre asistencia perfecta, no faltaba nunca, siempre estaba presente, era muy identificable, todo el mundo lo conocía.”
Como anécdota macabra relata que la novia de Argibay hijo, estudiante de la UTN también, tenia de collar una bala de fusil, además “ella servía de nexo con la patota, ella cursando ahí pasaba información. Para mí la novia debería haber sido acusada.” Esta mujer podría llamarse Adriana Cerqueti y se habría recibido de ingeniera.
Al relatar el episodio de la “Toma de la UTN,” por parte de la patota armada, cuenta que en esa ocasión, el alumnado había solicitado apoyo a la Federación de Estudiantes de la UNS, que tenían más fuerza estudiantil. En la toma vuelve a identificar a los Argibay, Sañudo y Aceituno como quienes los invitaban a entrar, con gestos y ostentando las armas y a una persona de traje, de diferente aspecto, que sería Montezanti.
Reparto y colocación… de bombas
Continua narrando que “los hechos se repetían, entonces ya sabíamos lo que iba a suceder; cuando la patota llegaba entre las 22.15 y las 22.30, esa noche había ruido en la ciudad, sonaban bombas por todos lados”.
Mas o menos dos o tres veces en la semana se escuchaban”, con el terror de que en algún momento sea el destinatario de una bomba. “La idea que teníamos era que venían con las bombas preparadas, traían todo a la universidad y de allí salían para la colocación.
Pero no era que lo definía Garofoli, había un ser humano pensante que definía todo. Tampoco ni Aceituno, ni Sañudo ni Argibay eran los pensantes, porque eran gente de atropellar y de matar, pero no pensantes. Ahí tenía que haber un elemento pensante que definía todo.”
Recuerda un compañero suyo, el Ingeniero Quipildor que le “reventaron la casa” con una bomba y quedo muy atemorizado alejándose de la militancia.
Todos estos episodios de amedrentamiento produjeron el abandono de las actividades estudiantiles tanto en centros de estudiantes y participaciones con compromiso militante, como en las carreras mismas, ya que numerosos estudiantes abandonaron los estudios.
Así se preparaba el clima social de terror, con un gran temor a la participación político estudiantil, para implementar luego el Golpe de Estado.
Declararon además en esta fecha, Lorenzo Ferretjans y Juan Enrique Ferrari.
Las próximas Audiencias en el Juicio Triple A, seguirán el día Jueves 1° y viernes 2 de octubre desde las 9hs, y será transmitido como es habitual por el canal de Youtube de Audiovisuales de la UNS.
*Nota escrita para el Agora Digital.
twitter @HIJOSBahiaBca
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