Megacausa
Zona 5: Avanzan los testimonios, pero con retrocesos y restricciones
El pasado jueves se llevó adelante la
decimocuarta audiencia en el marco del Juicio por Delitos de Lesa
Humanidad conocido como Megacausa
Zona 5. En este caso, el Tribunal Oral Federal escuchó las declaraciones
de seis testigos-víctimas, a las que se sumó un testimonio realizado en
2011.
El Tribunal compuesto por los jueces Ernesto
Sebastián, Sebastián Foglia y Marcos Aguerrido,
informó además de nuevas medidas restrictivas por los recientes
incrementos de casos de Covid-19, no solo limitando la ya escasa
participación del público, sino también la de las partes intervinientes.
Como ya hemos informado ampliamente, el
lugar físico del Tribunal Oral Federal donde se realiza este juicio es
extremadamente limitado y no acorde a lo que estos juicios de Lesa
Humanidad requieren para su amplia difusión y participación, afín con la
importancia que los mismos tienen.
Asimismo, su tamaño reducido también atenta
contra la tranquilidad de las víctimas, ya que se encuentran a escasos
centímetros de los victimarios. Entre tanto, la propuesta del Tribunal luego de
que sucedieran inconvenientes fue la incorporación de policía en
la sala de audiencias. La fuerza coercitiva como respuesta.
En este contexto, cabe recordar que los
siete juicios anteriores se desarrollaron en el adecuado espacio de la sede del
Aula Magna de la UNS, donde cada parte tuvo la tranquilidad de ocupar su
lugar sin que se haya registrado ni un solo incidente en más de 10 años y
donde el Poder Judicial desplegó con toda autoridad y garantías la obligación
que le cabe luego de décadas de impunidad: la de una Justicia reparadora.
“Escucharon
violaciones hacia mujeres”
Las dos primeras testigos fueron la esposa y la
hija de una víctima de esta causa, Raúl
Celave, quien falleció en 2014 sin la oportunidad de declarar él mismo los
padecimientos sufridos durante su secuestro y permanencia en el Batallón de
Comunicaciones 181. Celave era administrativo en una agencia de autos, Corbatta
Hnos, en Bahía Blanca. El matrimonio tenia una pequeña hija de 9 meses.
Susana, su compañera de vida, contó que alrededor
del 20 de julio de 1976 invadieron su departamento una gran cantidad de
efectivos armados con armas largas, que proceden a secuestrarlo. Al
llegar, entraron violentamente. Él estaba con su hija en brazos y la niñera de
la pequeña. “Dieron vuelta todo, los colchones, el lavarropas… No sé qué
buscaban“, recordó.
A continuación fue llevado a patadas hasta
un camión que esperaba afuera. Durante el trayecto hacia batallón se
produjeron más secuestros. Entre tanto, Susana no supo nada de su
esposo durante casi 10 días, y se enteró luego que fue alojado en calabozo.
“Lo encapucharon, no le daban casi de comer, lo
torturaron“, recordó, “llegó con marcas en las manos y en los pies, en los
tobillos, de quemaduras de cigarrillos”. “Por momentos le ponían la picana…”,
declaró.
Luego de que dejaran en libertad a Celave, le
devolvieron el documento que el había perdido con anterioridad y se encontraba
en poder de los militares, el posible motivo de su secuestro y tormentos. Volvió
a su casa con 10 kilos menos, y en un muy mal estado psicológico: No podía
dormir y las secuelas que le quedaron le cambiaron la vida a toda la familia.
Por su parte, su hija Silvina recordó que “mi
padre tardó mucho tiempo en poner en palabras lo que le pasó. Yo tenia 16 o
17 años y un día se tomó su tiempo y nos contó. Pero le costó mucho”. Celave
les contó a sus hijas sobre el secuestro y las torturas padecidas. Además, les
explicó que durante su secuestro:
“Escucharon
violaciones hacia mujeres. En el calabozo con él eran todos hombres, pero escuchaba
llantos de mujeres y gemidos, y cosas que lo relacionó con las violaciones.
Escuchaban, porque estaban encapuchados”.
“A mi papá le costaba vincularse con las demás
personas. Era una persona muy nostálgica, con actitudes muy cambiantes” recordó
Silvina, quien adjudicó sus conflictos psicológicos a lo que le hicieron vivir
durante el secuestro. “Él antes tenía amigos, se relacionaba con gente y
después mi mamá cuenta que cambió su carácter“, expresó.
Prohibir y reprimir
hasta la señal de ajuste
Posteriormente declararon dos victimas de
la localidad de Viedma: Emilio León y Raúl Torres, quienes trabajaban
como operadores y camarógrafos en el Canal 2 de la capital
rionegrina en el año 1976.
Los trabajadores eran los encargados de pasar la señal de ajuste en la emisora y, ante una supuesta denuncia de emisión de señales prohibidas por el comunicado N° 19 de la Junta Militar, llegaron abruptamente la Policía de Rio Negro y el Ejército. Se llevaron a ambos trabajadores y a los dos gerentes de programación, clausurando el canal y cortando la transmisión.
Lo que se había emitido, a modo de imagen de señal
de ajuste, era un cartón de una película de Omar Shariff que
referenciaba a Fidel Castro y el Che Guevara con
música de Neil Diamond. Ya que la canción en cuestión, “serenata
para un soñador”, estaba en ingles, buscaban desesperadamente un traductor para
comprender la letra.
Luego de su captura, fueron llevados a la comisaria
1era de Viedma y, más adelante, trasladados al Batallón de Comunicaciones en
Bahía Blanca. Luego de 46 años, Torres relató, visiblemente emocionado, que a
modo de tortura los pusieron a todos contra un paredón en cuanto llegaron,
simulando un fusilamiento. Sin embargo, los efectivos se limitaron a
fotografiarlos.
A continuación, los alojaron en los calabozos,
donde fueron sometidos a torturas, a amenazas con perros, sin camas,
vendados, hacinados y en muy malas condiciones, y posteriormente los
pasaron al “Gimnasio” donde corroboraron que había mucha más gente.
Cotidianamente los interrogaban queriendo saber qué
hacían, a quiénes respondían, y en consonancia con otros relatos, recordaron
que escuchaban gritos y llantos de otras personas que eran torturadas.
Posteriormente, a los 15 o 20 días, fueron liberados mediante la intervención
de monseñor Miguel Hesayne.
León relató amargamente que no pudo
recuperar su trabajo y debió salir a buscar empleo en la construcción
para mantener a su familia. En referencia a los juicios, manifestó que “si esto
hubiera sucedido antes, los resultados serian otros”, “pero agradezco a
la Justicia y a cada uno de ustedes lo que hace para que esto esté pasando“.
“Cada uno sabe que es lo que hace”, agregó, y
concluyó: “Viví la situación más triste de toda mi vida. El daño que me
provocaron y a mi familia fue terrible“.
Testigo
involuntario del Terrorismo de Estado
El último relato escuchado de manera presencial, y
en calidad de testigo, fue el del ex conscripto Juan Antonio Fernández,
quien realizó el Servicio militar obligatorio en el año 76 en el
Batallón de Comunicaciones 181, en la compañía de combate “Mayor Keller” o
compañía para la lucha contra la subversión.
La misma contaba con aproximadamente 90 y 100 efectivos. Fernández, en su condición de conscripto, fue testigo involuntario de los horrores desplegados durante el Terrorismo de Estado dentro del Ejercito.
Durante su relato, Fernández realizó un
pormenorizado registro de las instalaciones, los mandos y los procedimientos
que se realizaban en torno a su compañía de combate, que realizaba los operativos
de secuestros, allanamientos y todo lo relacionado con los delitos que
se juzgan en los juicios.
“Se hacían operativos puntuales en algunas casas
en particular y se hicieron operativos generales, que se toma toda la
manzana, y se revisaban e ingresaban en las casas de toda la manzana”, detalló.
Por otro lado, comentó que “también estuve en
un operativo muy grande en Tres Arroyos. Un operativo conjunto de
Ejercito, Armada, Prefectura, cercando toda la ciudad”. “Me toco estar en el
corte de ruta, para que no entre ni salga nadie”, continuó, y agregó que
“teníamos listados muy grandes, y paraban la gente y miraban si
figuraba o no en el listado“.
Dentro de Bahía Blanca, relata que le tocó
“participar en un operativo en la calle Sarmiento y Alvarado. Ahí
se detuvo personas”, y agregó que “otro operativo fue en la calle
Tucumán“. “Ese fue de noche, de madrugada”, detalló, “Tucumán al 100, en la
agrupación racinguista, y ahí también detuvieron personas”.
“Puesto detenido”: torturas y falsos
enfrentamientos
El ex conscripto fue muy contundente a la hora de
dar detalles sobre las personas detenidas dentro del Batallón. “Lo que era el
gimnasio, se transformó en algo… El nombre que le dieron era ‘puesto
detenido’” y relató que:
“Como
soldados, era nuestra compañía la encargada de hacer guardia ahí.
En algún momento hubo por lo menos 40 personas detenidas en ese
gimnasio. La guardia la teníamos que hacer armados, con casco, todos
equipados”.
Al ser preguntado por la Fiscalía sobre el estado
en el que se encontraban los detenidos, Fernández explicó que “el día que
los trajeron, la verdad que era bastante difícil para mi verlo“. “Me
encontré con gente sentada en una cama, vendados, algunos atados”, agregó.
“No estaban nada bien, claro“, continuó, y
detalló que el “90% eran hombres, pero también había mujeres“. Además,
aseguró que pudo ver, entre otras personas, a una mujer embarazada.
En cuanto a las personas desaparecidas o asesinadas
víctimas de esta causa, pudo dar cuenta de una persona que se hallaba
allí secuestrado: un ingeniero electricista oriundo de Tandil. “Un día
lo vi con el bolsito y me dijo que se iba“, recordó.
“Estaba contento, y a los pocos días yo leí
que había muerto en un enfrentamiento“, agregó, dando cuenta una vez más de
las ejecuciones de secuestrados bajo la modalidad de falsos enfrentamientos.
Uno de los momentos de mayor contundencia al relato
se dio cuando la Fiscalía le ofreció al testigo un plano del Batallón de
Comunicaciones, donde el ex conscripto pudo identificar e individualizar cada
uno de los lugares descriptos en su relato, completando su declaración de
manera precisa y contundente.
Para finalizar la Jornada, se procedió a la
proyección de un video con la declaración de una de las victimas de esta causa,
cuyo testimonio fue tomado en el primer juicio en el año 2011, en el cual se
pudieron escuchar los padecimientos y abusos sufridos por la declarante durante
su secuestro por el Terrorismo de Estado.
¿Cuándo siguen las
audiencias?
Las audiencias continuarán el día jueves 2 de junio
desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de
Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir
cualquier persona con su DNI.
Además, las audiencias también se emiten de
manera virtual por el canal de Youtube de la subsecretaria de Derechos Humanos de
la Provincia de Buenos Aires.
H.I.J.O.S. Bahía Blanca.
(Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio)
https://www.facebook.com/hijos.bahiablanca
twitter @HIJOSBahiaBca
Instagram: HIJOS Bahía Blanca
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