domingo, 29 de mayo de 2022

Megacausa Zona 5: Avanzan los testimonios en Bahía Blanca

 

Megacausa Zona 5: Avanzan los testimonios, pero con retrocesos y restricciones


El pasado jueves se llevó adelante la decimocuarta audiencia en el marco del Juicio por Delitos de Lesa Humanidad conocido como Megacausa Zona 5. En este caso, el Tribunal Oral Federal escuchó las declaraciones de seis testigos-víctimas, a las que se sumó un testimonio realizado en 2011.

El Tribunal compuesto por los jueces Ernesto SebastiánSebastián Foglia y Marcos Aguerrido, informó además de nuevas medidas restrictivas por los recientes incrementos de casos de Covid-19, no solo limitando la ya escasa participación del público, sino también la de las partes intervinientes.

Como ya hemos informado ampliamente, el lugar físico del Tribunal Oral Federal donde se realiza este juicio es extremadamente limitado y no acorde a lo que estos juicios de Lesa Humanidad requieren para su amplia difusión y participación, afín con la importancia que los mismos tienen.

Asimismo, su tamaño reducido también atenta contra la tranquilidad de las víctimas, ya que se encuentran a escasos centímetros de los victimarios. Entre tanto, la propuesta del Tribunal luego de que sucedieran inconvenientes fue la incorporación de policía en la sala de audiencias. La fuerza coercitiva como respuesta.

En este contexto, cabe recordar que los siete juicios anteriores se desarrollaron en el adecuado espacio de la sede del Aula Magna de la UNS, donde cada parte tuvo la tranquilidad de ocupar su lugar sin que se haya registrado ni un solo incidente en más de 10 años y donde el Poder Judicial desplegó con toda autoridad y garantías la obligación que le cabe luego de décadas de impunidad: la de una Justicia reparadora.

“Escucharon violaciones hacia mujeres”

Las dos primeras testigos fueron la esposa y la hija de una víctima de esta causaRaúl Celave, quien falleció en 2014 sin la oportunidad de declarar él mismo los padecimientos sufridos durante su secuestro y permanencia en el Batallón de Comunicaciones 181. Celave era administrativo en una agencia de autos, Corbatta Hnos, en Bahía Blanca. El matrimonio tenia una pequeña hija de 9 meses.


Susana, su compañera de vida, contó que alrededor del 20 de julio de 1976 invadieron su departamento una gran cantidad de efectivos armados con armas largas, que proceden a secuestrarlo. Al llegar, entraron violentamente. Él estaba con su hija en brazos y la niñera de la pequeña. “Dieron vuelta todo, los colchones, el lavarropas… No sé qué buscaban“, recordó.

A continuación fue llevado a patadas hasta un camión que esperaba afuera. Durante el trayecto hacia batallón se produjeron más secuestros. Entre tanto, Susana no supo nada de su esposo durante casi 10 días, y se enteró luego que fue alojado en calabozo.

Lo encapucharon, no le daban casi de comer, lo torturaron“, recordó, “llegó con marcas en las manos y en los pies, en los tobillos, de quemaduras de cigarrillos”. “Por momentos le ponían la picana…”, declaró.

Luego de que dejaran en libertad a Celave, le devolvieron el documento que el había perdido con anterioridad y se encontraba en poder de los militares, el posible motivo de su secuestro y tormentos. Volvió a su casa con 10 kilos menos, y en un muy mal estado psicológico: No podía dormir y las secuelas que le quedaron le cambiaron la vida a toda la familia.

Por su parte, su hija Silvina recordó que “mi padre tardó mucho tiempo en poner en palabras lo que le pasó. Yo tenia 16 o 17 años y un día se tomó su tiempo y nos contó. Pero le costó mucho”. Celave les contó a sus hijas sobre el secuestro y las torturas padecidas. Además, les explicó que durante su secuestro:

“Escucharon violaciones hacia mujeres. En el calabozo con él eran todos hombres, pero escuchaba llantos de mujeres y gemidos, y cosas que lo relacionó con las violaciones. Escuchaban, porque estaban encapuchados”.

“A mi papá le costaba vincularse con las demás personas. Era una persona muy nostálgica, con actitudes muy cambiantes” recordó Silvina, quien adjudicó sus conflictos psicológicos a lo que le hicieron vivir durante el secuestro. “Él antes tenía amigos, se relacionaba con gente y después mi mamá cuenta que cambió su carácter“, expresó.

Prohibir y reprimir hasta la señal de ajuste

Posteriormente declararon dos victimas de la localidad de Viedma: Emilio León y Raúl Torres, quienes trabajaban como operadores y camarógrafos en el Canal 2 de la capital rionegrina en el año 1976.

Los trabajadores eran los encargados de pasar la señal de ajuste en la emisora y, ante una supuesta denuncia de emisión de señales prohibidas por el comunicado N° 19 de la Junta Militar, llegaron abruptamente la Policía de Rio Negro y el Ejército. Se llevaron a ambos trabajadores y a los dos gerentes de programación, clausurando el canal y cortando la transmisión.


Lo que se había emitido, a modo de imagen de señal de ajuste, era un cartón de una película de Omar Shariff que referenciaba a Fidel Castro y el Che Guevara con música de Neil Diamond. Ya que la canción en cuestión, “serenata para un soñador”, estaba en ingles, buscaban desesperadamente un traductor para comprender la letra.

Luego de su captura, fueron llevados a la comisaria 1era de Viedma y, más adelante, trasladados al Batallón de Comunicaciones en Bahía Blanca. Luego de 46 años, Torres relató, visiblemente emocionado, que a modo de tortura los pusieron a todos contra un paredón en cuanto llegaron, simulando un fusilamiento. Sin embargo, los efectivos se limitaron a fotografiarlos.

A continuación, los alojaron en los calabozos, donde fueron sometidos a torturas, a amenazas con perros, sin camas, vendados, hacinados y en muy malas condiciones, y posteriormente los pasaron al “Gimnasio” donde corroboraron que había mucha más gente.

Cotidianamente los interrogaban queriendo saber qué hacían, a quiénes respondían, y en consonancia con otros relatos, recordaron que escuchaban gritos y llantos de otras personas que eran torturadas. Posteriormente, a los 15 o 20 días, fueron liberados mediante la intervención de monseñor Miguel Hesayne.

León relató amargamente que no pudo recuperar su trabajo y debió salir a buscar empleo en la construcción para mantener a su familia. En referencia a los juicios, manifestó que “si esto hubiera sucedido antes, los resultados serian otros”, “pero agradezco a la Justicia y a cada uno de ustedes lo que hace para que esto esté pasando“.

“Cada uno sabe que es lo que hace”, agregó, y concluyó: “Viví la situación más triste de toda mi vida. El daño que me provocaron y a mi familia fue terrible“.

Testigo involuntario del Terrorismo de Estado

El último relato escuchado de manera presencial, y en calidad de testigo, fue el del ex conscripto Juan Antonio Fernández, quien realizó el Servicio militar obligatorio en el año 76 en el Batallón de Comunicaciones 181, en la compañía de combate “Mayor Keller” o compañía para la lucha contra la subversión.

La misma contaba con aproximadamente 90 y 100 efectivos. Fernández, en su condición de conscripto, fue testigo involuntario de los horrores desplegados durante el Terrorismo de Estado dentro del Ejercito.

Durante su relato, Fernández realizó un pormenorizado registro de las instalaciones, los mandos y los procedimientos que se realizaban en torno a su compañía de combate, que realizaba los operativos de secuestros, allanamientos y todo lo relacionado con los delitos que se juzgan en los juicios.

Se hacían operativos puntuales en algunas casas en particular y se hicieron operativos generales, que se toma toda la manzana, y se revisaban e ingresaban en las casas de toda la manzana”, detalló.

Por otro lado, comentó que “también estuve en un operativo muy grande en Tres Arroyos. Un operativo conjunto de Ejercito, Armada, Prefectura, cercando toda la ciudad”. “Me toco estar en el corte de ruta, para que no entre ni salga nadie”, continuó, y agregó que “teníamos listados muy grandes, y paraban la gente y miraban si figuraba o no en el listado“.

Dentro de Bahía Blanca, relata que le tocó “participar en un operativo en la calle Sarmiento y Alvarado. Ahí se detuvo personas”, y agregó que “otro operativo fue en la calle Tucumán“. “Ese fue de noche, de madrugada”, detalló, “Tucumán al 100, en la agrupación racinguista, y ahí también detuvieron personas”.

“Puesto detenido”: torturas y falsos enfrentamientos

El ex conscripto fue muy contundente a la hora de dar detalles sobre las personas detenidas dentro del Batallón. “Lo que era el gimnasio, se transformó en algo… El nombre que le dieron era ‘puesto detenido’” y relató que:

“Como soldados, era nuestra compañía la encargada de hacer guardia ahí. En algún momento hubo por lo menos 40 personas detenidas en ese gimnasio. La guardia la teníamos que hacer armados, con casco, todos equipados”.

Al ser preguntado por la Fiscalía sobre el estado en el que se encontraban los detenidos, Fernández explicó que “el día que los trajeron, la verdad que era bastante difícil para mi verlo“. “Me encontré con gente sentada en una cama, vendados, algunos atados”, agregó.

No estaban nada bien, claro“, continuó, y detalló que el “90% eran hombres, pero también había mujeres“. Además, aseguró que pudo ver, entre otras personas, a una mujer embarazada.

En cuanto a las personas desaparecidas o asesinadas víctimas de esta causa, pudo dar cuenta de una persona que se hallaba allí secuestrado: un ingeniero electricista oriundo de Tandil. “Un día lo vi con el bolsito y me dijo que se iba“, recordó.

“Estaba contento, y a los pocos días yo leí que había muerto en un enfrentamiento“, agregó, dando cuenta una vez más de las ejecuciones de secuestrados bajo la modalidad de falsos enfrentamientos.


Uno de los momentos de mayor contundencia al relato se dio cuando la Fiscalía le ofreció al testigo un plano del Batallón de Comunicaciones, donde el ex conscripto pudo identificar e individualizar cada uno de los lugares descriptos en su relato, completando su declaración de manera precisa y contundente.

Para finalizar la Jornada, se procedió a la proyección de un video con la declaración de una de las victimas de esta causa, cuyo testimonio fue tomado en el primer juicio en el año 2011, en el cual se pudieron escuchar los padecimientos y abusos sufridos por la declarante durante su secuestro por el Terrorismo de Estado.

¿Cuándo siguen las audiencias?

Las audiencias continuarán el día jueves 2 de junio desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona con su DNI.

Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de Youtube de la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.


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domingo, 22 de mayo de 2022

MegaCausa Zona V 5 nuevos testimonios se escucharon en Bahía Blanca

 

Cinco nuevos testigos declararon en la Megacausa Zona 5

El pasado jueves se llevó adelante la decimotercera audiencia del juicio por delitos de lesa humanidad conocido como Megacausa Zona 5, en el que se juzgan a 38 imputados, en el marco del Terrorismo de Estado desplegado entre 1976 y 1983. La audiencia comenzó pasadas las 9 horas y se extendió hasta las 14, horario en que concluyó la declaración del ultimo testigo.

En esta ocasión, el Tribunal Oral Federal compuesto por los jueces Ernesto Sebastián, Sebastián Foglia y Marcos Aguerrido, le tomo declaración a cinco testigos-victimas, en este octavo juicio de lesa humanidad que transita Bahía Blanca.

En la audiencia se ventiló por primera vez en este juicio, el caso de una víctima aun desaparecida. Se trata del conscripto Manuel Alberto Ruzo, quien fue desaparecido a mediados de 1976 del Batallón de Comunicaciones 181, del V Cuerpo de Ejercito.

“Tenía mucho miedo. Pensó que no volvía.”

La primera en declarar fue Mabel Mancini, viuda de Mariano Barcia, fotógrafo y Martillero público, quien fue víctima de secuestro en mayo de 1976. El hecho se produce en la inmobiliaria donde Barcia trabajaba y delante de su pequeño hijo de 4 años de edad.

Posteriormente fue llevado al Batallón de Comunicaciones 181, sin poder ver ni comunicarse con su familia durante un mes. Luego lo trasladaron a la cárcel de Villa Floresta donde estuvo cautivo cuatro meses más.

Luego de la liberación, Barcia estaba muy mal anímicamente y con mucho temor,

“Se quería ir, estaba muy asustado. Vamos a Villa Iris me decía, y nos fuimos a Villa Iris los tres. Tenía mucho miedo, y entiendo, porque él regresó, pero hubo gente que se la llevaron y nunca regresó. Él pensaba que no volvía. Tengo que dar gracias a dios que regresó ” expreso su pareja.

Ante la pregunta de la fiscalía, de cómo impactó esto en sus vidas, la mujer dijo que “fue terrible el momento que vivimos. La casa llena de militares, la calle, como si fuéramos delincuentes. Horrible. Mas, yo embarazada, menos mal que tenia mis padres, pero fue terrible.”

La mujer pudo recordar que en una oportunidad, estando Barcia secuestrado, la llevaron a ella a la comisaria 2da para sacarle los rollos de las maquinas de fotos del marido. “El sacaba fotos cuando pasaban cosas, asesinatos, era fotógrafo de la comisaria 2da. Me llevaron a la comisaria y me volvieron a traer a mi casa”.

Ante preguntas de la querella, la mujer recordó que en una oportunidad llevó a su hijo de 4 años al Batallón para que lo vea su padre y un soldado lo entró y le llevó al niño a Barcia. Éste es el segundo testimonio, donde las victimas relatan que, los militares les llevaban menores de muy corta edad a sus padres, estando en estado de secuestro, dentro del mismo Batallón.

Mariano Barcia hijo, quien declaró posteriormente a su madre, relató no recordar demasiado por su corta edad al momento de los hechos, salvo el momento del secuestro de su padre, donde recordó la manifiesta violencia con que se produjo. Los detalles de sus conocimientos fueron transmitidos por sus progenitores. También dejó en claro que el suceso generó mucho dolor en la vida familiar.

El tercer testigo, Víctor Adolfo Landi, quien era geólogo en el año 1976, relato que fue “demorado” por dos días en el Batallón de Comunicaciones 181, cuando se dirigía a la casa de una familia amiga de apellido Quartucci, en Irigoyen al 200 de Bahía Blanca.

Al parecer lo habían llevado para interrogarlo, buscando a uno de los integrantes de la  familia Quartucci, de nombre Guillermo, y luego rápidamente fue liberado.

Landi no quiso que su testimonio fuese transmitido por los canales de comunicación habituales, por lo que al momento de su declaración se cortó la transmisión a pedido del declarante, a pesar de que no aportó ningún dato relevante ni de importancia a la causa.

“Kussman y Noel fueron los que allanaron mi casa”

Posteriormente fue el turno de Guillermo Quartucci como testigo del secuestro de Landi, el anterior declarante, con la aclaración que si bien en esta causa declaró como testigo, Quartucci fue victima del Terrorismo de Estado en la llamada subzona 14, de La Pampa.

Contextualizando, Quartucci fue secuestrado, junto a muchos otros profesores, en un gran operativo en Jacinto Arauz y llevado a un Centro Clandestino en un puesto caminero junto a la ruta 35, desde donde logra fugarse y empezar a caminar hacia Bahía Blanca.

Los militares desplegaron rápidamente varias medidas, comenzando a rastrillar toda la zona en su búsqueda, con cortes de rutas incluidos y ampliando la pesquisa, junto a todas las fuerzas, también en Bahía Blanca, donde residía la familia de Quartucci.

También pusieron vigilancia permanente en su domicilio de Bahía Blanca, en calle Irigoyen al 200. Luego de seis días caminando, llegó a Bahía, aunque obviamente él sabia que no debía ir a su domicilio porque estarían esperándolo para recapturarlo, pero “como no podían quedarse con las manos vacías, algo tenían que hacer, entonces se llevaron a tres personas del edificio. Una de ellas fue Víctor Landi”, expresó.

En esos días también relata el testigo que el departamento familiar fue allanado violentamente por cuatro personas, sin orden judicial, mientras se hallaban sus padres y su hermano. Entre esos violentos sujetos, reconocieron a dos de los que entraron a allanar: Kussman y Noel.

Este reconocimiento de ambos imputados había sido declarado con anterioridad, en 2004, en el contexto de la apertura de las causas luego de la caída de las leyes.

“Muy pronto yo supe lo de Kussman y Noel y lo declare ante mi testimonio ante Federico Delgado y luego ante la fiscalía especial de Bahía Blanca ante Abel Córdoba hace como 20 años que yo dije claramente quienes habían sido los que allanaron mi casa”, dijo Quartucci.

El policía Pedro Noel, ex integrante del Comando Radioeléctrico policial y del grupo de tareas de la Unidad Regional V de la Policía bonaerense, logró reciclarse posteriormente como Bibliotecario en Gral. Cerri.

Falleció tras recibir una condena a prisión perpetua en otra causa de lesa humanidad, entre otros delitos, por las torturas y el asesinato de Daniel Bombara.

Por su parte, el policía Claudio Kussman, es uno de los imputados de esta megacausa por el mismo delito que Noel.

Cartas sin destinatarios

Manuel Alberto Ruzo



La última testigo, Silvia Ruzo, dio cuenta de la desaparición de su hermano, Manuel Alberto Ruzo, victima en esta causa, mientras realizaba el Servicio militar Obligatorio en nuestra ciudad en el año 1976, en dependencias del Batallón de Comunicaciones 181, del V Cuerpo de Ejército.

Manuel era de Córdoba, estudiaba Ingeniería y había pedido prórroga, pero como no lo tomaban en las empresas porque no había cumplido con el Servicio Militar, decidió hacerlo.

El primer tiempo en Bahía Blanca mantuvo relación regular por carta con su familia, hasta la fecha de la jura de la bandera, donde perdieron contacto y las cartas eran devueltas por el correo al remitente, a la familia, ya que no podían entregárselas a Manuel, porque se hallaba desaparecido.

“A partir de ese hecho todo cambio. No sabíamos a donde ir, a donde buscar. Al principio creíamos que era un caso aislado hasta que nos contactamos con otras personas y vimos que le había pasado a mucha gente, y así nos organizamos. Fue un horror.”

La familia se presentó en el Batallón y les informaron que su hermano había desertado. Luego de varios destratos a la familia, haciéndolos esperar durante horas y cobrándoles un carro que aducían que su hermano se había robado, la familia se volvió a Córdoba, sin que nunca mas recibieran noticias de Manuel.

Presentaron Habeas Corpus, realizaron denuncias, pero sin resultados. Su familia fue posteriormente perseguida y espiada y Manuel continúa desaparecido.

 

¿Cuándo siguen las audiencias?

Las audiencias continuarán el día jueves 26 de mayo desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona con su DNI.

Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de Youtube de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.

 

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domingo, 15 de mayo de 2022

MegaCausa Zona V: Secuestros en el Batallón de Comunicaciones 181

 

Siguen declarando quienes pasaron por el Batallón de Comunicaciones 181


El pasado jueves se llevó adelante la duodécima audiencia en el marco del Juicio por Delitos de Lesa Humanidad conocido como Megacausa Zona 5. En esta ocasión, el Tribunal Oral Federal informó al inicio que se añadirán dos nuevas fechas extras para tomar declaración testimonial. Además, pudo escucharse el testimonio de cuatro personas.

La decisión de los Jueces del Tribunal, Ernesto Sebastián, Sebastián Foglia y Marcos Aguerrido responde al notable retraso en la toma de testimonios. En este contexto, las nuevas fechas serán lunes 13 de junio y el 4 de julio.

Prisión perpetua de por vida

En esta nueva fecha pudo escucharse el relato de cuatro personas. Dos de ellas pasaron por el centro clandestino que funcionó en el Batallón de Comunicaciones 181.

La estrategia de la fiscalía es avanzar de acuerdo a cada Centro Clandestino, unificando los relatos de quienes por allí pasaron. Luego del Batallón 181, seguirán con el Centro Clandestino La Escuelita y con la Cárcel de Villa Floresta.

El primero en declarar fue Luis Ángel Arroyuelo, quien era trabajador ferroviario y militante del Partido Comunista. Fue secuestrado por el Ejército el 24 de marzo a las 6 de la mañana en su domicilio en Villa Rosas, delante de su esposa y sus dos hijos. Luego, lo mantuvieron ocho meses secuestrado-detenido.

Ese día fue subido a un camión donde ya había otras personas secuestradas. Desde ahí, comenzó un raid por la ciudad, en el que se recogió a una gran cantidad de personas que fueron llevadas al V Cuerpo de Ejército.

Asimismo, fue alojado en la cuadra, que se empezó a llenar con el transcurso de las horas. En ese sitio fue interrogado sobre sus actividades, recibiendo -junto a todos los que se encontraban allí- maltratos y amenazas.

Luego de unos días lo llevaron a la cárcel de Villa Floresta, donde también el Ejercito les aplicaba maltratos. Al respecto, Arroyuelo recordó que “nos sacaban al pasillo, nos hacían tirar cuerpo a tierra y tiraban tiros para intimidar… Y te pisaban también”. “Lo que han hecho estos asesinos”, agregó.

Por otro lado, entre las personas con las que que recuerda haber compartido cautiverio estaban Valemberg, Solari YrigoyenAmaya, dirigentes sindicales, los hermanos Bustos (quienes, recordó, habían sido muy torturados), entre otros.

Luego de 8 meses en la cárcel, fue trasladado a la DDI de Pueyrredón, donde lo liberan. Finalmente, la víctima contó que era compañero de trabajo del padre de Rubén Sampini (quien se encuentra desaparecido) y supo de los esfuerzos de sus familiares por encontrarlo.

“Yo no sé de qué manera van a poder defender a estos criminales, porque son tipos que tendrían que tener prisión perpetua de por vida, porque las cosas que hicieron no tienen nombre… Mataron a medio mundo, hicieron desaparecer, robaban a los niños… Lo que hicieron estos tipos no tiene perdón de Dios“.

Posteriormente, fue convocada a declarar Francisca Del Valle, esposa de Edmundo Joaquín Di Francisco, como testigo de la detención de su marido, quien no se encuentra en condiciones de afrontar la instancia jurídica.

Di Francisco pertenecía a la UOCRA al momento de los hechos, siendo compañero de Cruz (quien se encuentra fallecido) y de Coste (que ya declaro en otra audiencia). Además, pertenecía al sector de Rodolfo Ponce. Permaneció aproximadamente dos semanas en el Batallón y luego fue trasladado a la cárcel.

Según relató Del Valle, a la hora de realizar gestiones para dar con el paradero de su marido junto a las esposas de Coste y de Cruz, fueron a ver a un abogado, que se identificó como el abogado Néstor Luis Montezanti (imputado en la actualidad como miembro de la Triple A). Montezanti, según conto la mujer, intervino en favor de estos tres detenidos por el Ejército en 1976.

Vivir de prepo

Por último, declararon Domingo Wagner y su ex esposa, Rita Nuñez, con motivo del secuestro de Wagner en marzo de 1976. El declarante era trabajador del gremio de la alimentación y fue secuestrado por el Ejército en su domicilio.

La víctima fue raptada en su propio automóvil y movilizada hasta el V Cuerpo del Ejército, siendo alojado en el Batallón de comunicaciones 181 (en la cuadra de los soldados), sitio que conocía por haber realizado el Servicio Militar. Al percatarse de que el automóvil era un modelo nuevo, los captores se quedan con el vehículo para ser usado en beneficio propio.

Además, detalló las condiciones paupérrimas en las que transitó esta etapa: con frio, vidrios rotos, baños en condiciones insalubres y muy mal alimentado. También reconoció a varios compañeros, como los hermanos Giorno, Valemberg, Quiroga (de la UOM), etc.

Al liberarlo, el Ejército le dio una certificación para que el declarante presente en su trabajo, que luego fue entregada al Tribunal como prueba. Por otro lado, el auto fue devuelto en muy malas condiciones y sin las patentes. “Seguramente lo usaron para hacer sus tropelías al auto“, observó.

Asimismo, explicó que un suboficial les comentó una mañana que los “de afuera la pasaron mal anoche”. También señaló que había comentarios de gente estaqueada, castigados, expuestos al frio extremo y la lluvia. “Se suponía que había otros lugares con gente”, añadió.

Tanto Wagner como su ex mujer relataron un episodio que vivieron junto a su hija, de muy corta edad, cuando los militares la llevaron al lugar de detención para que la vea su padre, mientras la madre la esperaba afuera.

La niña, que se encontraba en estado de shock según relató Nuñez, no pudo decirle su madre si había visto o no a su padre. El episodio deja en evidencia cómo estas situaciones de extrema vulnerabilidad y desesperación generadas por el Terrorismo de Estado avasallaban la vida y la integridad de familias enteras, incluyendo a los niños y niñas.

Que este juicio salga bien y vayan todos presos, que la paguen, porque esto no se puede hacer”, finalizó, “no se puede vivir de prepo y matar gente a mansalva, eso es imposible”.

¿Cuándo siguen las audiencias?

Las audiencias continuarán el día jueves 19 de mayo desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona con su DNI.

Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de Youtube de la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.


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jueves, 5 de mayo de 2022

Megacausa Zona V: Declararon dos nuevos testigos

 

Declararon dos nuevos testigos en la Megacausa Zona 5

El jueves 5 de Mayo  se llevó adelante la undécima audiencia en el marco del Juicio por Delitos de Lesa Humanidad conocido como Megacausa Zona 5. En este caso, el Tribunal Oral compuesto por los jueces Ernesto Pedro SebastiánSebastián Luis Foglia y Marcos Aguerrido, tomó declaración a dos testigos y se escuchó una grabación del 2011 con el testimonio de una tercera víctima ya fallecida.



Biblias adoctrinadoras

Alberto Coste fue el primer testigo en declarar de manera remota, vía zoom, quien militaba gremialmente en el ámbito de la construcción. Específicamente, era secretario adjunto en el gremio de la UOCRA y también tenía militancia política con el sector del entonces diputado y miembro de la Triple A de Bahía Blanca, Rodolfo “Fito” Ponce.

El 31 de Marzo de 1976 fue secuestrado de la sede del gremio, ubicada en Roca y Estomba de Bahía Blanca, junto a dos compañeros más. Mediante un despliegue con varias camionetas y automóviles para los secuestros, los tres fueron conducidos al Batallón de Comunicaciones 181 en el V Cuerpo de Ejército.

Durante su relato, recordó que durante su militancia “era muy Activo. Tenía militancia en la CGT, en las 62, en la Juventud Sindical” y explicó que por eso lo buscaron en la CGT.

“Me llevaron al V Cuerpo, me vendaron los ojos y me preguntaron cosas y si andaba en política“, expresó y agregó que al principio “a mí me parece que me llevaron a un horno [de ladrillos] solo, con los ojos vendados, pero ahí cerquita había mas gente encerrada“.

Además, detalló que luego fue llevado a un lugar más grande, donde observó que “éramos un montón“. “Estaba la gente de Canillita, los panaderos, otros que trabajaban en La Nueva Provincia, otros que estaban en política”, puntualizó, y comentó que “estaban todos los profesores de la Universidad del Sur también, sindicalistas”.

En ese contexto, recordó a Romero (de Panaderos), Valemberg, Di Francisco, entre otros. Entre tanto, a la hora de describir el lugar, recordó que había muchas camas una arriba de otra, y que al fondo había piletas y baños. Siempre cercado con custodia.

Por otro lado, explicó que fue interrogado, en muchas oportunidades sin esposas ni vendas, en una oficina del V Cuerpo a más de 200 metros de donde se encontraban todos. Al respecto, dijo: “El que más me jodía era un tal García… García Moreno creo”.

Luego de más de 20 días allí, fueron llevados a la UP4, Cárcel de Villa Floresta. “En la Cárcel estaba lleno de gente, estábamos todos juntos”, declaró, y agregó: “Incluso había dos diputados que uno de ellos murió. Dos radicales: Solari Irigoyen y Mario Amaya“.

Al preguntársele si sabía la procedencia del resto de los detenidos, explicó: “No se preguntaba mucho de dónde venían, se hablaba solo en confianza, porque había muchos delatores. En el caso mío era raro que me apretaran tanto”.

En la cárcel de Bahía Blanca, al menos una vez por semana, el personal militar iba a la cárcel a realizar las requisas. “Iban nos tiraban todo nos rompían todo, y otra vez adentro”, recordó.

Estando en la UP9 de La Plata, los visitó Monseñor Plaza en la cárcel. “Le pedí una biblia para leer y me dijo ‘no, la Biblia no se las puedo dar porque se presta para discusiones políticas‘”, recordó, “me quedó siempre grabado”.

“Me cortaron la vida”

De la UP4 fue trasladado a la Unidad 9 de La Plata y luego a Devoto. Al respecto, comentó que “fui de los últimos en salir, cuando vino Alfonsín, recién al tiempo Sali en libertad. 7 años y 4 meses estuve“. Para terminar expresó:

“El dolor es tan grande que a mí se me borraron las cosas durante muchos años. No quería ni hablar de nada. Fue como que me cortaron la vida, como que hubiera estado muerto tanta cantidad de años, siendo tan jóvenes”.

“Lo significativo es que por lo menos hay jóvenes que tratan de averiguar lo que pasó… Y no se dice todo lo que pasó íntegramente, porque hay muchas cosas que no se dicen ni se preguntan tampoco. A mi ya me arruinaron la vida y no quiero recordar nada de nada”.

Aprender la lección de la historia

La segunda declaración del jueves fue la realizada por la víctima Jorge Tassara, quien en los años 70 vivía en la ciudad de Viedma. Además, trabajó como director del Centro Regional de la Universidad del Comahue hasta la asunción de Remus Tetu, cuando renuncia y se integra a la Secretaria de Planeamiento. También era militante de la Juventud Peronista.

Jorge fue secuestrado por el Ejercito el día 2 de abril de 1976 en su lugar de trabajo, y conducido a la comisaría 1ra de Viedma. Durante su intervención, se remitió a historizar los años previos a la dictadura para contextualizar los eventos posteriores donde se instaló la persecución y el exterminio de personas.

Consideró determinantes las elecciones de marzo del 73, que fueron vitales para la participación política. Recordó que “la explosión de marzo del 73, fue una expresión del conjunto del pueblo argentino” luego de más de 18 años de proscripción.

Sin dejar de emocionarse, Tassara describió lo que significó ese 17 de noviembre de 1972 como el joven militante que era. Destacó las palabras de una señora que allí en Ezeiza, cuando comenzó la balacera, le dijo a su nieta de 8-9 años y a los jóvenes que allí estaban junto a ella, que:

“Nosotros siempre planteando que las Fuerzas Armadas deben estar siempre junto al pueblo y miren como nos reciben: a los tiros”.

Luego centró su relato en lo que sucedía en la etapa previa al golpe, con la intervención de Remus Tetu en las universidades, especialmente en la del Comahue. Las intervenciones armadas de las patotas dentro de la Universidad del Comahue -regional Viedma- en los años 74 y 75, fueron el preludio de lo que luego haría el golpe del 1976.

“Se acabó la joda. Basta de ir a los barrios”

El día 2 de abril de 1976, estando en su lugar de trabajo, fue secuestrado por el Ejercito y conducido a la comisaría 1ra de Viedma donde recuerda que le sentenciaron: “Bueno, se acabó la joda. Ya no más. Para vos y otros, basta de ir a los barrios. Acá cada uno se tiene que arreglar como pueda”.

Posteriormente lo sacaron del calabozo junto a otro compañero detenido, Bebi Salto, y los trasladaron esposados -y a los golpes- en avión a Bahía Blanca. Los recibieron en Espora unos 70 militares, rodeando el avión con sus armas largas, todos apuntándolos al momento de bajar. De allí van al V Cuerpo, a una cuadra para soldados, con 150 o 200 personas.

El declarante da cuenta de la existencia de otro lugar, que era el CCDTyE La Escuelita, ya que un primo suyo se lo ratificó contándole que ellos estaban bien allí, porque “los que la están pasando mal son los que están en el otro lado” en referencia al Centro Clandestino.

El Mayor Delme (genocida con condena a perpetua en anteriores juicios) es quien le toma declaración para luego ser trasladado por “Nuñez” a la UP4 de Villa Floresta.

Universidades adoctrinadoras

Tassara recordó ante el pedido de fiscalía a sus compañeros y compañeras de cautiverio, como Marta Bustos, Pedro Miramonte, Francisco Tropeano, los profesores de la UNS, todos los hermanos Bustos, entre otros.

Al relatar las gestiones hechas por su familia sobre su situación, contó que sus padres fueron a ver al General Catuzzi, ya que compartían un espacio dentro del Movimiento Familiar Cristiano. La respuesta que les dio fue que su hijo “¡Trabajaba en la Universidad!” como si ese solo hecho hubiera sido motivo para la persecución y cárcel. “la Universidad era mala palabra para el Ejército”, agregó.

Tassara recuperó la libertad en enero de 1979. Su compañera de ese entonces también sufrió la persecución, tortura y desaparición por el Terrorismo de Estado.

La negación del individuo y su militancia, como parte del Genocidio

Para finalizar, y como en todas las anteriores instancias de juicio se ha hecho, la fiscalía le dio la palabra a la víctima para que pueda expresar lo que desee y aun no haya hecho, ya que es deber del Estado Argentino reparar a las víctimas, y éstos actos jurídicos deben ser necesariamente reparatorios.

El declarante, con 82 años de edad y 46 años de demora en poder contarle a la justicia argentina y a la sociedad toda lo sucedido con él, con su familia y con todo el pueblo argentino, tomó la palabra nuevamente para enmarcar estos hechos de manera histórica y poder ver el proceso que desencadena en la formación militante de quien declaraba, como también en el consiguiente Plan sistemático de exterminio que se aplicó en los 70, para acallar esas voces militantes.

En ese punto, fue interrumpido por las defensas particulares, y luego por el presidente del Tribunal, quien previamente pretendió que sea la fiscalía la que acote a la víctima, contestando que:

Desde la fiscalía no vamos a interrumpir al testigo, consideramos que parte del genocidio fue la negación del individuo, la negación de la militancia y como grupo social, y en este marco consideramos que el testigo esta manifestándose en relación a lo que vivió como persona y también como grupo. Si el Tribunal lo quiere interrumpir no hay ningún inconveniente, pero no lo vamos a hacer desde la fiscalía”.

En las últimas dos audiencias, el Tribunal, aún ante las quejas de las querellas, dejó continuar a un imputado que repitió hasta cinco veces los mismos conceptos, aduciendo el derecho a defensa de parte del reo.

Además, se utilizaron dos audiencias enteras para darle la palabra a un acusado de homicidio, torturas, tormentos y desaparición, y sin embargo en esta última audiencia se le pidió a una víctima que acote su relato, recortando inevitablemente el derecho de las victimas a declarar cuanto necesite hacerlo.

En este contexto, es obligación del Tribunal y desde el Estado Argentino escuchar, contener y reparar a las victimas de los delitos mas aberrantes que se cometieron en nuestro país, por el propio Estado.

La importancia de las voces que ya no están

Para el día de la fecha estaban citadas dos testigos/victimas más, pero debido a que no se encontrarían en condiciones, fue postergada su declaración con fecha a confirmar. Si consideramos los 46 años de atraso que estos juicios de Lesa humanidad están acarreando, sumado al lento transcurso de las declaraciones actuales, no es de extrañar que este inconveniente se siga replicando.

Para finalizar, y ante la falta de mas testimonios presenciales, se procedió a exponer la grabación de uno de los testimonios ofrecidos por la fiscalía, producido en el transcurso del primer juicio, Causa Bayón.

Así pudo escucharse la declaración de Juan Gatica, ya fallecido, quien en 1976 fue secuestrado junto a Pablo Fornasari y Juan Carlos Castillo y conducido al Batallón de Comunicaciones 181 donde sufrió golpizas y torturas.

Posteriormente, el matrimonio Gatica-Carachico sufrió la apropiación de sus dos niños, Maria Eugenia y Felipe, siendo uno de los primeros casos resueltos por Abuelas de Plaza de Mayo, restituyéndoles en 1984 a ambos menores a sus padres que habían logrado sobrevivir.

¿Cuándo siguen las audiencias?

Las audiencias continuarán el día jueves 12 de mayo desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona con su DNI.

Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de Youtube de la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.

Audiencia: 5 de Mayo 2022:

https://www.youtube.com/watch?v=MG2_77kmdzk

30.000 Compañeros Detenidos -Desaparecidos Presentes!

H.I.J.O.S. Bahía Blanca.

(Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) 

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