lunes, 21 de noviembre de 2016

Juicio Ejercito Bahía Blanca: Audiencias 15 y 16 Noviembre

#4toJuicioBahia al Ejercito: Audiencias del 15 y 16 de Noviembre 2016



Continuamos con la etapa Testimonial.


Las Audiencias en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejercito, continuarán el día Martes 29 de Noviembre desde las 15 hs y el día Miércoles 30 de noviembre desde las 9 hs._

La Memoria se Construye a través del conocimiento


   Los días martes 15 y miércoles 16 de noviembre continuaron las audiencias en el Juicio por delitos de Lesa Humanidad que se realiza en Bahía Blanca en las cuales siguen declarando los testigos
En ambas jornadas declararon 10 testigos en total ante una gran asistencia de público en general, a los que se sumaron  Alumnos del Colegio Nacional, y alumnos de un Centro de Estudiantes de la Carrera de Abogacía de la UNS.

Alumnos presentes en la audiencias.

    La mayoría de los Genocidas, siguen las audiencias desde sus lugares por videoconferencia, algunos desde sus casas, ya que poseen prisión domiciliaria y otros desde los lugares donde están alojados. En la sala solo había presentes unos pocos, principalmente los que tienen domiciliaria acá en Bahía Blanca que son Tejada, Noel, Salinas y Laurella Cripa, que siguen llegando caminando, mezclándose entre la gente común, a pesar de los reclamos varias veces reiterados de la Fiscalía y de los Organismos de DDHH para que sean trasladados junto al resto.

     El martes comienza alrededor de las 15:40hs con la primera testigo, Nora Rivera de la ciudad de Neuquén, como testigo  en el caso de las víctimas Sepúlveda y Sifuentes.
Nora era estudiante de trabajo social en el año 1976 y tenía 22 años. En el llamado “operativo Cutral Co”, junio del 76, ya habían sido detenidas muchas de sus compañeras, como Cecilia Vecchi, Arlene Seguel, Mirta Tronelli, Alicia Pifarré y Susana Mujica.  Elida Sifuentes y Gladys Sepúlveda también eran  alumnas de la carrera. En ese marco Nora fue detenida por el comisario Pechulef de la comisaria de Cinco Saltos y la trasladan a la Unidad Penitenciaria N°9, allí permaneció desde un sábado hasta un martes que la sacan a todas al pasillo de la cárcel y ahí ve que estaba Elida Sifuentes, Gladys Sepúlveda y Jorge Asenjo que está desaparecido además de otras personas que ella no conocía. Le hicieron firmar la libertad y al salir del pasillo de la cárcel, el Ejército la espera y les quitan los documentos y la cartera y la suben a un camión con celdas individuales dirigiéndolos al aeropuerto donde los suben  a un avión. Les dicen que los van a llevar a Tucumán. Al subir al avión los revisan y les sacan las pertenencias. Relata que no sabe cuánto anduvo el avión y que los bajan y los entran a un galpón grande con chapa donde los tendieron a todos en el suelo, hacía mucho frío en ese lugar. Después los separaron y los llevaron a otro lugar diferente a declarar. En el interrogatorio había alguien que escribía y que las preguntas versaban sobre la universidad del Comahue, si ella creía en Dios, sobre lo que pensaba de la familia y si tenía participación policía, a lo que ella contestó que sí, que era peronista y que trabajaba en un Centro de Alfabetización de Adultos, le hicieron firmar un papel con lo que había declarado, pero ella no sabe lo que firmó porque estuvo vendada todo el tiempo. La testigo continuó con el relato y dijo que después del interrogatorio los cargaron en un camión y los trasladaron a otro edificio, allí estuvieron tirados en el suelo, ella estaba en el suelo atada a una cucheta. También estaban Elida Sifuentes y Gladys Sepúlveda, las habían llevado juntas desde Neuquén y continuaban juntas en La Escuelita. Escuchó las voces de Mirta Tronelli y de Susana Mujica, hoy continúan desaparecidas. Comentó que se sentía que entraban y sacaban gente pero como estaban vendados no sabían quiénes eran. Les dieron de comer una sola vez mientras estuvo secuestrada ahí. El día que la liberaron le entregaron la cartera que le habían sacado en la cárcel de Neuquén, ella relató que le faltaban algunas pertenencias de la cartera y que no le dieron el documento ni el dinero que tenía. Junto con ella liberaron a otras personas más, los subieron a un camión. El camión a medida que frenaba y paraba, bajaban a alguna persona. Cuando la dejaron a ella, le dijeron que la iban a dejar lo más cerca de la casa posible y ella pensaba que como estaba en Tucumán, lo más cerca era Córdoba. Antes de liberarla, le sacaron  las esposas pero no la venda,  la dejaron en un campo al lado de la ruta. Era de noche, se quedó sentada con la venda puesta, después de un rato se sacó la venda. Empezó a caminar y se dio cuenta era una ruta y encontró un cartel que decía a tantos km. Hilario Ascasubi, Mayor Buratovich y Viedma. Recién ahí se dio cuenta donde estaba y ella lo sintió como un alivio porque conocía la zona. Se acercó a un almacén sobre la ruta pero no podía quedarse allí, en ese momento entró un hombre que habló con el dueño del lugar y le preguntó qué hacía en ese lugar, luego se presentó como policía y le pidió que lo acompañe, la llevó con un médico para que la revisara y después de eso la llevaron a la Comisaría de Hilario Ascasubi donde se encontró con un compañero de Cinco Saltos que había sido secuestrado también y de ahí lo llevan a Médanos donde les dejaron hacer una llamada a los familiares del compañero para que los busquen. Así ocurrió y los familiares los  llevaron a Neuquén. La testigo recordó que los militares le dijeron en La Escuelita que si ellos comprobaban que lo que había dicho era mentira, a ella la iban a tirar con una piedra en el cogote en el medio del lago Pellegrini que queda a 15 km de Cinco Saltos y que a su familia la iban a matar, lo que le significó varios años de miedo para ella porque no sabía en qué momento se les iba a ocurrir que lo que ella había dicho no era verdad y se sentía en peligro todo el tiempo. Volvió a su trabajo en la Municipalidad de Cinco Saltos y le dijeron que tenía que justificar sus inasistencias y le pidieron que llevara un certificado del Ejército. Ella viajó a Neuquén y se presentó en el Comando de Neuquén, la atendió por entonces el Mayor Farías Barreda y él le extendió un certificado donde constaba la detención incluyendo el tiempo que estuvo en La Escuelita de Bahía Blanca. Después con el tiempo tuvo que irse a otro pueblo, dejó de estudiar y sobre los años ’80 la echaron de un trabajo por haber estado presa en el ’76.
     Describió que el tiempo en La Escuelita era distinto, porque no sabían cuánto tiempo iban a estar vivo y eso todo lo cambiaba, dijo que todo era irreal, no sabía si era de día o era de noche, si la iban a matar o si la iban a dejar con vida.  La testigo tomó conocimiento que estuvo en La Escuelita cuando declara por primera vez en la APDH, porque después que la liberan del CCD, no pidió ayuda, ni denunció en la APDH de Neuquén por el miedo que le había quedado. Recién pudo contar su experiencia en el ’83 con la democracia. Narró por el proceso de elaboración de todo lo que le sucedió y que tuvo distintas etapas, una fue la del silencio, otra fue la ayuda psicológica pero la que le modificó la percepción de todo fue la primera vez que declaró en la APDH, porque vio una posibilidad que ella no había tenido en cuenta, que era la posibilidad de la justicia. Realzó el valor de la justicia y dijo que es la mejor elaboración que ella pudo hacer en todo este proceso. Además, agradeció a las personas que contribuyeron para que hoy estén todos ahí, se expresó como: “mi agradecimiento eterno a la APDH de Neuquén y de Bahía Blanca, a Noemí Labrune, al Fiscal Hugo Cañón  que nos ayudó a confiar nuevamente en la justicia aún en Bahía Blanca”.


      Eva Libertad Garrido, fue la segunda testigo en declarar, lo hizo a través de video conferencia  desde Neuquén, su relato corresponde a los casos de las víctimas Sepúlveda y Sifuentes. Narró que un oficial la detuvo en su casa y que la llevó a la Comisaría Segunda del lugar, ella comentó que le hizo una nota en un papel a su madre explicándole que iba a la Comisaría. De la comisaría la trasladaron  a la cárcel y comentó que en la celda donde estaba la revisó un doctor. Contó que ella estaba muy angustiada por su madre mientras ella estuvo en cautiverio. La subieron a un avión y recordó que estaba muy preocupada porque no tenía documentación, le sacaron al subir al avión una cadena y un reloj y le dijeron los secuestradores que los iban a llevar a Tucumán. En su relato se refirió a que hacía mucho frío y que en el avión había más personas y estaban todas vendadas y atadas.  La trasladaron al CCD La Escuelita de Bahía Blanca, estuvo aproximadamente secuestrada 7 días. La hicieron declarar y firmar y dijo no tener idea de aquello que firmó. No pudo reconocer a nadie porque allí estaban vendados, atados y tirados en el suelo. Comentó un momento que pidió ir al baño y no sabía si los guardias la estaban mirando porque estaba vendada. Cuando la liberaron también había otra mujer, las llevan en un auto, seguían vendadas y no tenían documentos. Las bajaron y hasta llegar a Neuquén sufren violencia de personas que aparecían vestidas de civil y que les decía que una la tenía que acompañar. Va la chica y cuando vuelve le comentó a la testigo que fue violada. Ya en Neuquén se dirigió al Comando para buscar su documento, allí la atendió el Mayor Farías Barreda y le dio el documento. Ella reclamó en ese momento que le habían sacado un reloj y una cadenita el día que la subieron al avión, Farías Barreda abrió un cajón y le entregó el reloj y la cadena. La testigo al obtener la libertad volvió a su trabajo, pero no soportaba estar allí, así que dejó de trabajar.

     El tercer testigo es Raúl Héctor González, su declaración también la realizó a través de video conferencia desde Neuquén. Es víctima y testigo por los casos de Sifuentes y Sepúlveda. En los años ’75 y ’76 fue diputado provincial en Zapala. Relató que el día de su secuestro él estaba en la casa de la familia y que el personal del Ejército y la Policía irrumpieron en el hogar, revisaron todos los papeles y lo detuvieron. Comentó que esas personas eran conocidas por él porque Zapala era muy chica y que todos se conocían. Después fueron al lugar donde trabajaba su esposa que era una tienda de ropa. Estuvo detenido en el Regimiento de Zapala aproximadamente un día y medio y de allí lo trasladan a Neuquén donde lo dejan detenido en la Unidad Penitenciaria 9 de Neuquén. En la Unidad 9 estuvieron desde un domingo hasta el martes que los llevan a un avión, fueron retirados junto con él cuatro mujeres y tres hombres. Los suben a un avión ante grandes reflectores, allí los vendan a todos. En el avión los interrogaban mientras hacían el vuelo. Los trasladaron a lo que después ellos supieron que era “La Escuelita”. Ellos no sabían dónde estaban porque en el avión le dijeron que los iban a “tirar” en la Selva Tucumana. Cuando los bajaron del avión dijo que el lugar dónde los trasladaron tenía olor a una caballeriza y que de allí los distribuyeron por diferentes lugares. No pudo hacer mayor referencia ya que siempre estuvieron vendados, sin embargo, pudo relatar que  en el lugar que lo condujeron después de la caballeriza, era como una casa con distintas habitaciones. Una vez allí, estuvo al principio esposado a la cucheta pero después les sacaron las esposas, tenía que pedir para ir al baño. Relató que al lugar  de tortura le decían “el quirófano” y que estaba en otro lugar de donde estaba la habitación con la cucheta. Allí lo interrogaron más de una vez, posteriormente le sacaron fotos.  Puntualizó que allí adentro solamente conocía a Sifuentes pero que a nadie más, ni siquiera conocía personas de la militancia política. Pudo recordar algunos nombres de los guardias como “el Perro”, “La Vaca” y “El Zorrino”. Su esposa y su cuñado hicieron infinitos trámites referidos a la búsqueda de González.

        El cuarto testigo que declaró el martes fue Juan Uribe, por video conferencia en Neuquén. Era chofer del camión de la Alcaldía de la Policía. Dijo que  le daban órdenes y que él cumplía con su función, que era la de trasladar a la gente sin tener contacto con ellos. Expresó  que fueron tres o cuatro veces las que trasladó a personas. El Tribunal interrumpió su declaración por entender que estaba bordeando su auto imputación con el relato, explicaron que estaba bajo juramento de decir la verdad por ser testigo y que no correspondía que continúe la declaración. Dijeron que deberían extraer testimonio y utilizar otro procedimiento. Así terminó la declaración.

      El quinto y último testigo de la audiencia fue Francisco Tropeano, en el ’76 pertenecía al Movimiento Regional de Agricultores de la Patagonia, su declaración la hizo en Colón 80. Estuvo detenido en Neuquén en la Unidad Penitenciaria N°9 durante nueve días. En la celda que estaba detenido pasaron nueve o diez personas que venían de Cipolletti y Cutral-Có. Reconoció ser un hombre público de los medios y por eso le resultaba conocidas las personas que estaban en la celda. De la Unidad Penitenciaria 9 de Neuquén lo trasladan en avión hasta La Escuelita de Bahía Blanca. Declaró que fue sometido a un interrogatorio que duró entre dos y tres horas adentro de un auto mientras se dirigían a La Escuelita, contó que paraban el auto y que después iban por un camino de tierra, narró que lo amenazaron con decir la verdad si no “lo iban a comer los pescaditos”. También relató que lo acusaron en el interrogatorio de haber sido autor de las tomas de las rutas, cosa que el testigo dijo que es cierta, que en el ’69 tomaron las rutas junto con el Ejército; también en el interrogatorio le preguntaron si había estado en la huelga de Sierra Grande, cosa que afirmó. Estuvo secuestrado con los hermanos Bustos, Arias, el Dr. Benamo fuertemente torturado, Medina, Miramontes, unas nueve personas él recuerda. Allí escuchó respiros, quejidos de otras personas. Lo trasladan a Villa Floresta, cuando estuvo ahí Vilas fue a la cárcel los desnudaron y ordenaron que los guardias caminaran sobre los presos y Vilas estaba ahí. En Villa Floresta estuvo tres o cuatro meses.  De la cárcel de  Villa Floresta lo trasladan a Rawson casi el mismo grupo van juntos. En Rawson le otorgan la libertad.

  MIERCOLES 16


     El miércoles 16 por la mañana, con solo 8 genocidas presentes en la sala, comienza declarando el Testigo Marco Antonio Seminario Ramos, oriundo de Neuquén quien tiene a su hermano Javier Octavio Desaparecido y en cuyo secuestro estarían involucrados imputados de este juicio.  Su hermano habría sido detenido por hacer un reclamo barrial, donde pedían los servicios para todo el barrio. “Eso fue su delito, reclamar agua y luz” dijo el testigo. El juez lo libera porque considera que no es motivo de detención y a los dos días le arman la causa donde las fuerzas de seguridad  le colocan dos cartuchos de dinamita para poder arrestarlo y  llevado a la U9 de Neuquén.
     37 años más tarde, el comisario Casal declarando en los juicios de Neuquén, dijo que fue testigo del armado de la causa y que los cartuchos se los habían puesto las Fuerzas para detenerlo, ratificando la inocencia del hermano del testigo. Su hermano del penal de Neuquén, fue llevado a Roca, luego a Rawson, de donde  fue retirado por el Imputado Farías Barrera junto a tres víctimas más, Cancio, Pincheira y Mendez , todos desaparecidos al día de hoy, y desde  allí no sabe más nada sobre el paradero de su hermano ni de las otras víctimas. Reinhold, Farías Barrera y Gómez Arena, imputados en este juicio, habrían tenido directa participación en la desaparición del hermano del Testigo. El testigo está convencido que a su hermano se le pierde el rastro en Bahía Blanca, ya que nunca llego a Neuquén. En el Comando de Neuquén le dijeron que a su hermano lo habían liberado en nuestra ciudad. Hizo reclamos en el Consulado y la embajada peruanos, ya que ellos son oriundos de Perú, pero sin resultados. Tenía 27 años Javier Octavio.
     Su hermano fue secuestrado, torturado y desaparecido y lo único que le pide al tribunal es que les pregunten a los genocidas  “Que hicieron con mi hermano, que me digan dónde está, que me devuelvan su cuerpo. Yo estoy acá más que nada por su cuerpo, que digan donde lo enterraron, que escriban en un papelito y se lo entreguen a sus abogados, yo no soy vengativo, nada, yo no estoy pidiendo mucho. Ellos no tuvieron madre? No sienten lo mismo?”
En segundo lugar declara Emilio Enrique Dacosta Acevedo, quien al momento de los hechos vivía en el denominado barrio “Palihue Chico” y sufrió persecución y secuestro. Era parte de la Sociedad de fomento del barrio y compartía trabajo barrial y social junto a Zulma Matzkin, Manuel  Tarchitzky, Zulma Izurueta  “la Vasca”, Alejandro Mónaco, todos ellos militantes de la JUP hoy desaparecidos que  participaban de las actividades barriales. Los describe como a “toda gente muy buena que trabajaban para el barrio. Eran amables, cordiales, nos contenían a todos.”
 El testigo trabajaba en una obra, en la construcción del Barrio Mapuche de nuestra ciudad en el año 1976, y allí lo busca el ejército y lo detiene. Lo llevan a la comisaría 1ra. Allí es esperado por un montón de policías que lo hicieron pasar por un pasillo largo, golpeándolo con sus palos “fui directamente masacrado”. Luego siguieron los golpes estando en la comisaria, mientras le preguntaban, por Zulma, por la Vasca y el resto de los militantes del barrio. “Querían saber donde vivían, y me preguntaban por las armas, y no sé qué querían que les diga, si nunca me mostraron nada, ni de juguete...tenían un ensañe conmigo”. Allí también fue torturado con picana eléctrica amarrado a una cama, “en un momento faltó agua para tirarme y un policía me orino arriba… para que la corriente me diera más fuerte”.
     De la comisaría 1ra lo sacan con una bolsa, en un furgón sin saber  dónde lo llevaban. Al llegar luego de 20 min, media hora, sintió el ruido que abría una tranquera. Lo pasaron a una habitación con mucho olor a éter, a hospital, le sacan la bolsa de la cabeza, que casi lo asfixiaba y con una luz potente, que no le permitía ver nada,  lo interrogan nuevamente sobre los chicos militantes del Barrio. Luego pasa 10 días atado y vendado, sin que nadie le dijera nada. En el lugar había más gente, tanto hombres como mujeres, y de noche solían sacarlos y hacer simulacros de fusilamientos y hasta realizaban disparos cerca de él. Paso 3 meses allí en ese lugar y cada 20 días, lo sacaban para simular que lo mataban. En una oportunidad lo llevan a declarar a otro lugar, a apenas unos minutos de allí, donde tomaron registro con máquina de escribir y parecían ser gente más preparada o de más rango.
Un día antes que lo suelten sintió como una chica embarazada pidió ayuda, que tenía problemas. Otra noche percibieron que llegaron muchos guardias o torturadores, todos borrachos y se sintió los gritos de las mujeres que pedían auxilio y eran abusadas “Fue desesperante,  a uno le daban ganas de salir en defensa de esa gente, pero seguro estaban todos armados…”
Lo dejan en libertad una noche, dejándolo a la entrada del Club Golf Palihue, que cuente hasta 100 y luego se saque la venda. Cuando llega al barrio, los vecinos le decían que lo daban por muerto. De los militantes con los que compartía actividad barrial, no supo más nada. Nadie quería hablar del tema. Cada uno “trabajaba y vivía su vida” con mucho miedo y persecución, incluso él mismo sufrió dos detenciones mas, donde nuevamente fue llevado a la comisaria y vuelto a golpear salvajemente y con saña.

     Luego fue el turno del testigo Jorge René Brizzio quien en el año 76, con 19 años era estudiante de la UNS y trabajaba en Ferrocarriles Argentinos y militaba en el Partido Comunista. Es secuestrado el  4 de enero del  77 en su domicilio. Es llevado atado y vendado a un lugar de secuestro.  Relata haber sido golpeado, pero no torturado. Lo interrogan, y luego lo cambian de habitación, en donde había colchones, en el otro lugar no, y compartía lugar con mujeres y no se sentían  los gritos de torturas. Una de las mujeres  hablaba con el guardia y el tema de conversación era su embarazo. En su estadía también supo de una pareja secuestrada, que eran muy torturados y la mujer pedía por “Daniel” que era su marido.
   Luego de 18 días aproximadamente, lo liberan en la puerta del Club de Golf Palihue.

   Luego de un breve cuarto intermedio, es el turno de la testigo Cristina Cevoli. Su marido fue secuestrado en diciembre de 1976, en Viedma,  traído al V Cuerpo de Ejército, para ser pasado luego al CCD La Escuelita. Su caso ya se juzgó en el primer Juicio y en este tramo el imputado involucrado es Osvaldo Floridia que habría participado del secuestro de su marido.  La testigo cuenta que en una nota radial que le hicieron, él admite que llevaba gente detenida y la trasladaba a Bahía Blanca, “lo cierto es que no la llevaba sentada tomando mate y fumando, los llevaba encapuchados, aterrados, tirados en un auto”.
     Cévoli luego de avisar, que el imputado Floridia da entrevistas radiales, estando en prisión, le dice al tribunal que ella cree “que sería necesario hacer controles más estrictos” con quienes tienen prisión domiciliaria, ya que le dijeron que a Floridia se lo vio jugando en la playa con los nietos,  y cuando iba a empezar a relatar el porqué de su pedido, fue interrumpida por el juez Bava diciéndole al fiscal que prosiga con las preguntas ya que la testigo le “está haciendo recomendaciones al Tribunal” El fiscal Palazzani le señaló que el reclamo de la testigo era legítimo, lo que motivó una serie de discusiones, como nunca antes había ocurrido en ninguna de las audiencias. El juez Triputti tomó la palabra y le dijo directamente a la testigo: “si los gobiernos democráticos nombraran jueces, los juicios no serían tan largos, nosotros somos extranjeros acá”, que “la justicia de Bahía Blanca naufragó en su momento hasta que vinimos nosotros. Entiende?  Nosotros tenemos nuestros trabajos en distintas jurisdicciones”  que “el problema de esta ciudad, es un problema que la gente de esta ciudad no resolvió”, “Nosotros hace seis años que venimos acá y dejamos nuestras familias” “le digo esto porque yo he escuchado algunas críticas… lo que ha hecho este tribunal no lo ha hecho ningún tribunal en el país, y si los juicios se demoran, es porque los gobiernos, no nombran jueces”
     Luego el Juez Bava dijo: “Es la segunda vez que escucho la misma argumentación de gente que me increpa a mí como parte del Tribunal, que yo soy el retardo de la justicia, en cuanto a causas que ya he fallado y causas que ya he escuchado” “Le agradezco que me hable sobre la entrevista radial y sobre el partido de futbol con los nietos en la playa, en la cual el Tribunal ya tomara debida constancia y sabrá que es lo que tendrá que hacer” y además apoyo las palabras del Presidente en cuanto que nosotros somos un tribunal que viene de 500 km, 300 km… y tenemos que, no una, sino dos veces, escuchar que somos el retardo de la justicia de Bahía Blanca”.  Luego tomó la palabra el Fiscal Miguel Palazzani y le dijo a la testigo  “en primer lugar, el Ministerio Publico Fiscal también es parte del Estado argentino y yo creo que usted tiene todo el derecho del mundo a pedir celeridad en estos juicios, me parece que tiene derecho a exigirlo y el estado argentino se lo tiene que dar” es interrumpido por el Juez Bava, quien le dice que también él tiene responsabilidad como parte del Estado. “Totalmente”, dijo el fiscal, “perdón por este momento, se dio así, usted tiene todo el derecho a reclamar y sígalo haciendo, porque el mérito de que se hagan estos juicios es de los familiares y de las víctimas y no de operadores de la justicia federal” A lo que el público respondió con un aplauso. Luego de los aplausos el Juez Bava contesto “son palabras muy ponderables, pero sin tribunal, no tienen juicio”.
     Allí interviene el tercer juez Jorge Ferro, y le dice al fiscal “ya que usted fue medio sugestivo con el Poder Judicial e hizo referencia que el Ministerio público también forma parte del Estado, yo quisiera preguntarle que hizo el Ministerio Publico hasta el año 2011 en esta jurisdicción. No hizo absolutamente Nada! Y nosotros tenemos que soportar que nos vengan a cuestionar la dilación de los juicios o la demora, cuando hubo un ministerio público que no hizo absolutamente nada, y yo no he escuchado hasta este momento ninguna queja relacionado con los fiscales generales, porque hasta la época del Dr. Córdoba, acá no había absolutamente nada, y por eso tenemos que ser tres foráneos los que vinimos a hacer justicia”
     Semejantes afirmaciones, hicieron que el secretario general y titular de la APDH local Eduardo Hidalgo, víctima del Terrorismo de Estado por haber sido secuestrado y torturado, y además con su hermano y cuñada embarazada, asesinados, se levantó y les contestó a los jueces que “no era Verdad lo que estaban diciendo y que dejaran de mentir”. El juez Ferro le dice a Hidalgo que se tiene que callar y pide hacerlo retirar de la sala con gendarmería, a lo que el Titular de la APDH contesta que se “retira solo, que ésas son las prioridades que tiene el tribunal”. Ferro le dice al fiscal que “hay que calmar los ánimos y generar la responsabilidad en quien la tiene” y el fiscal le dice a la testigo que “le pido disculpas por este momento que acaba de vivir,  me hago responsable de esto también, soy parte de esta escalada”
     Luego de detallar la participación de Floridia en los allanamientos que sufrieron y aclarar que ella siempre había denunciado la participación del imputado, junto a otros policías que ya fueron condenados, pero no sabe por qué, el nombre de Floridia “se perdió” dijo y no avanzó la imputación como si lo está haciendo ahora.
Para finalizar la testigo dijo que se encuentra agradecida con el tribunal, que no hayan tomado a mal su pedido, y que estar allí sentada no lo vive como una re victimización, sino como una búsqueda de la verdad y lograr la justicia.
      El juez Bava retomando lo que había sucedido en la audiencia, le contesta que “estos juicios a mí, en lo personal, me traen consecuencias físicas personales y lo segundo es que cuando yo vine acá, nadie quería venir” A lo que el Juez Triputti agregó que él también tiene problemas de salud “de articulaciones sobre todo y de piel, por el excesivo tiempo que estoy viajando en la ruta desde hace seis años, yo he hecho más de 180 mil km, viniendo a Bahía Blanca”  “he fundido un auto y a veces vengo en mi auto particular, entonces si yo no creo en lo que estoy haciendo me tendría que ir, entonces me molestan algunas actitudes, como ser humano, no como juez” “ Hacer justicia es muy difícil, porque estamos valorando testimonios de 40 años atrás y lamentablemente la ciudad querida de Bahía Blanca ha tenido serios problemas con la justicia, que espero, rezo, para que los resuelva, en paz, en democracia, como debe ser. Yo no escuche nunca al Colegio de abogados acá” “Nosotros cuando nos volvemos al domicilio, no es que nos vamos a pescar y a jugar al tenis eh… tenemos que trabajar en el tribunal que dejamos allá. Yo tengo que seguir con esta actividad y los tres también, con la pila de cosas que quedan, yo tengo otros juicios en mi jurisdicción y hace 10 años que no me puedo ir a un congreso fuera del país porque hay 10 días que nosotros no podemos faltar acá porque si no los juicios caen, cuando otra gran cantidad de magistrados viajan, hacen cursos.. Nosotros no lo podemos hacer. Lo digo públicamente para que la gente que viene acá no se deje llevar por las lecturas, a veces antojadizas de los diarios, todos los jueces no son de dinero” para finalizar, el juez Triputti le dijo a la Testigo: “Yo le agradezco y ud tiene todo el derecho, como dijo el fiscal, de decir lo que ud sienta, pero sientan también los que llevan la toga, porque si ustedes no lo defienden, es muy probable que vengan otros o no venga nadie, yo no tendría inconveniente en irme”.-

      El último Testimonio de las jornadas fue el de Salvador Daniel Sánchez quien es Testigo y Victima, pero su caso está siendo investigado en otra causa. Su testimonio se requirió para dar cuenta sobre el caso de Zulma “la vasca” Izurieta víctima de esta causa.
Los últimos días de febrero de 1977 y hasta aproximadamente el 15 de marzo, fue secuestrado y llevado a la escuelita y allí pudo dialogar con la Vasca, ya que se encontraba contiguo a su cucheta. El testigo se encontraba esposado y tabicado. Izurieta le dice al testigo en la escuelita  “vos sos muy joven, y seguro te vas a ir y quiero que cuando te vayas, pases por el campo donde está mi padre en Villalonga y le digas que yo estoy acá.” Lo ubica como llegar al campo del padre. En otro momento le cuenta que eran dos parejas que habían sido secuestradas en Córdoba y los habrían traído a Bahía Blanca.
Recuerda algunos apodos de los guardias, como el correntino y el laucha que era el jefe o el que estaba a cargo. Supo de la presencia de más mujeres, pero no si alguna estuviera embarazada.
Al quedar en libertad se fue de Bahía Blanca y no pudo ir a Villalonga, ni cumplir con el pedido de Izurieta. Semanas más tarde leyendo la Nueva provincia, se entera de un procedimiento donde habían matado a dos parejas y una de las chicas era la Vasca.

Así culmina la semana de audiencias y se pasa a cuarto intermedio hasta el día 29 de Noviembre a las 15 hs y el 30 desde las 9 hs.



 EL ÚNICO LUGAR PARA LOS GENOCIDAS ES LA CÁRCEL COMÚN!!
JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS RESPONSABLES DEL GENOCIDIO!
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.


(Lo aquí expuesto, no es una cobertura periodística, ni mucho menos, sino solo un registro militante de lo sucedido en las Audiencias desde nuestra mirada.)

Todo el contenido es para compartir sin restricción, si se hace, solo pedimos que informen que proviene del registro de  H.I.J.O.S. Reg. Bahía Blanca.


30.000 Compañeros Detenidos -Desaparecidos Presentes!
H.I.J.O.S. Bahía Blanca.
(Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio)


viernes, 18 de noviembre de 2016

Comunicado Organismos DDHH Bahienses


Crónica de una Audiencia Agitada:


   El día miércoles 16 de noviembre, en la Audiencia del Juicio por Delitos de Lesa Humanidad en Bahía Blanca, la testigo Cristina Cevoli víctima sobreviviente en el marco de su declaración, puso en conocimiento al tribunal compuesto por los jueces Ferro, Bava y Triputti, que el imputado Osvaldo FLORIDIA uno de los responsables y actor de su detención ilegal quien cumple con prisión domiciliaria en la ciudad de Viedma donde vive la testigo, había hecho declaraciones a medios radiales sobre su supuesta inocencia, y en otra oportunidad visto en una playa jugando junto a sus nietos violando dicha prisión domiciliaria por lo que era necesario mayores controles sobre quienes gozan de ese beneficio, esto dicho en tono del dialogo de una testimonial. El juez Bava dirigiéndose a la testigo le advirtió con altanería que estaba “haciendo recomendaciones al tribunal”, y airadamente también le reclamó al fiscal que continuara con sus preguntas interrumpiendo el testimonio. El fiscal Palazzani le señaló que el reclamo de la testigo era legitimo, lo que motivó una serie de discusiones, como nunca antes había ocurrido en ninguna de las audiencias. El Juez Triputti intervino diciendo que: “si los gobiernos democráticos nombraran jueces, los juicios no serian tan largos”, que “la justicia de Bahía Blanca naufragó en su momento hasta que vinimos nosotros”, que “el problema de esta ciudad, es un problema que la gente de esta ciudad no resolvió”, en una clara conducta de soberbia propia de las corporaciones judiciales marcando sin dudas cuestiones que el señor juez toca de oídas. Se olvida el juez Triputti que esta ciudad a pesar de cómo se ha operado en favor de la impunidad de los genocidas desde todos los sectores del poder local y desde un diario como la Nueva Provincia, al igual que de medios que solo coyunturalmente hablan de los juicios sin opinar con compromiso en favor del fin de la impunidad, tiene una historia de lucha que permitió además que haya juicios y nunca como un aporte filantrópico del Poder Judicial. Lucha que encabezara Ernesto Malisia fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca, el ex fiscal Hugo Omar Cañon y los ex jueces de cámara Luis Alberto Cotter e Ignacio Larraza únicos funcionarios judiciales junto al ex juez Juan Martín Ramos Padilla a nivel nacional declararon la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad en momentos en que NADIE, salvo los organismos, rechazaban tal atropello. Jueces como quienes ahora nos quieren borrar la historia, se silenciaran corporativamente y permitieron que se institucionalizara durante 20 años la impunidad. Ahora, creyéndose monarcas bendecidos por los dioses y no simples funcionarios con fortunas como sueldos, que pagamos también los que hace 40 años esperamos se salde la historia de sangre e impunidad de la dictadura cívico militar genocida, nos vienen a contar que si no fuera por ellos no habría juicios en la ciudad, faltando el respeto incluso a aquellos luchadores y funcionarios judiciales de la ciudad que le pusieron el pecho a las circunstancias, e insultando a la inteligencia de todos los que además sabemos que la llegada de Nestor Kirchner y Cristina Fernandez de Kirchner al gobierno nacional permitió terminar con las leyes de impunidad e indultos, reiniciando los juicios. Es ese propio Poder Judicial Federal, incluídos ellos mismo en su memoria selectiva y sin ningún registro que los destaque como a Cañon, Cotter, Larraza y Ramos Padilla, junto al poder político cómplice de la dictadura, que miraron lo que sucedía de costado sin haber movido un dedo en ese momento para actuar como jueces comprometidos con la justicia. El Juez Bava no se quedó atrás en su pose de dios, y echó mano a un burdo argumento en cuanto a que: “ ellos vienen de otras jurisdicciones, que tienen sus causas en sus lugares, y que deben venir acá y encima deben escuchar que son el “retardo de la justicia de Bahía Blanca”, una altísima mentira que nadie les ha señalado ya que evidentemente en esa memoria selectiva olvidan cuantas veces hemos reivindicado su tarea desde los organismos, y solo hemos señalado matices. Es evidente que en esa actitud corporativa y de monarcas, les molestan las observaciones o críticas pues están convencidos que son infalibles, algo que no les reconocemos ni reconoceremos nunca, mucho menos después del escándalo que promovieron con sus absurdas posiciones y conductas falsarias que ofenden la historia que nos cobija y que conocemos muy bien. El fiscal Palazzani le pidió perdón a la testigo por la discusión que se estaba dando de manera sumamente desagradable, y le dijo que: “ud tiene todo el derecho a reclamar y sígalo haciendo, porque el merito de que se hagan estos juicios es de los familiares y de las víctimas y no de operadores de la justicia argentina”. Ante el aplauso del público presente que era mucho, el Juez Bava le contesto que sus palabras eran muy ponderables, pero “que sin Tribunal no tienen juicios”, posicionándose en una amenaza patética de que quizá ellos pueden irse y dejar todo abandonado. La escandalosa audiencia gestada por los propios jueces, la completó el Juez Ferro diciéndole al fiscal que: “ ya que había sido sugestivo con el Poder Judicial y se había echo cargo que el Ministerio Publico era parte del Estado también, "yo quisiera preguntarle que HIZO EL MINISTERIO PUBLICO HASTA EL AÑO 2011 en esta jurisdicción… No hizo ABSOLUTAMENTE NADA y nosotros tenemos que soportar que nos vengan a cuestionar la demora de los juicios cuando hubo un Ministerio Publico que no hizo absolutamente nada , porque hasta la época del Dr Cordoba acá no había absolutamente nada y por eso tenemos que ser TRES FORANEOS los que vinimos a hacer justicia” . Esta nueva y descarada afirmación, ante el estupor de todos los presentes, que no podían creer lo que estában escuchando, hizo que el secretario general y titular de la APDH local Eduardo Hidalgo, víctima del Terrorismo de Estado por haber sido secuestrado y torturado, y además con su hermano y cuñada embarazada, asesinados, se levanto y les contestó a los jueces que “no era Verdad lo que estaban diciendo y que dejaran de mentir”. El Tribunal Hizo retirar al Titular de la APDH, a los gritos, cosa que no fue necesaria ya que se retiro solo obviamente. Luego de tan descabellada situación, el Ministerio Publico Fiscal le pidió perdón a la testigo y ya no siguió preguntándole.
    Es bueno hacer memoria aquí, que este tribunal cuando se inició el primer juicio realizaba tres audiencias semanales, y fue ralentizando en cada uno de los juicios posteriores y que entre el último juicio y el que hoy se desarrolla pasó un año al igual que desde aquellas tres audiencias semanales pasamos a una y media cada quince días. ¿De quién es la responsabilidad?
Nos preocupa que estos hechos hayan ocurrido con una víctima sentada en plena declaración de su historia vivida y que los jueces manifiesten molestias por el reclamo legítimo que expresó al relatar lo que sucedía con su victimario, al que este mismo tribunal le otorgó la prisión domiciliaria interpretando la ley de una manera muy particular o sea como monarcas, cuando la misma es taxativa en cuanto a que los beneficiarios de tal detención solo deben serlo por tener setenta años y una enfermedad terminal. Nos preguntamos: ¿ A quién debería reclamar el incumplimiento del beneficio de su verdugo, si no es a la autoridad que la concedió?
Nos indigna la situación vivida en la audiencia, porque se ha vuelto a han avasallar a una víctima sobrevivientes. No es comprensible, ni ético, ni humanitario, que los jueces de un juicio de Lesa Humanidad y a esta altura de los hechos reiteren viejas metodología judiciales e increpen a las víctimas.
    Repudiamos el escándalo promovido por los jueces Bava, Triputti y Ferro en una audiencia y maltratando a un testigo que además fue víctima del Terrorismo de Estado. Responsabilizamos, como ya lo hemos señalado en otras oportunidades, a los jueces que integran este Tribunal Oral Federal por otorgar prisiones DOMICILIARIAS a los genocidas indiscriminadamente, porque no solamente es un mecanismo de impunidad en democracia, sino que no se arbitran adecuadamente los mecanismos de control del beneficio que les concedieron a los peores criminales que recuerda la historia argentina, poniendo en riesgo a todos los testigos y víctimas.

NI OLVIDO NI PERDÓN NI RECONCILIACIÓN … JUSTICIA
18/11/2016

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca
H.I.J.O.S Regional Bahía Blanca
Red por el Derecho a la Identidad Bahía Blanca

martes, 8 de noviembre de 2016

#4toJuicioBahia al Ejercito: Audiencias del 1 y 2 de Noviembre 2016


#4toJuicioBahia al Ejercito: Audiencias del 1 y 2 de Noviembre 2016

Comenzó la etapa Testimonial.

   Las Audiencias en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejercito, continuarán el día Martes 15 de Noviembre desde las 15 hs y el día Miércoles 16 de noviembre desde las 9 hs._


La Memoria se Construye a través del conocimiento

   Durante las dos jornadas, declararon 9 testigos-victimas. La audiencia del martes 1 de noviembre, comenzó  15.45 y no a las 15 Hs. como estaba prevista, ya que el servicio penitenciario trajo a la mayoría de los reos 45 minutos después.
 En la sala se encontraban presentes solo 9 de los 35 imputados, siguiendo el resto, la audiencia por el sistema de videoconferencia, que se interrumpió un par de veces y hubo que esperar su reconexión.
Comenzó con la posibilidad que tienen los genocidas de declarar como parte de su defensa, cosa que prefirieron no hacer los 9 que quedaban pendientes de ser escuchados.
Al pasar el genocida Walter Bartolome Tejada, a ejercer ese derecho delante de los jueces, se dirigió hacia la abogada querellante y dos integrantes de nuestra Agrupación que nos sentamos allí, y nos insultó, llamándonos  “Brujas de mierda”, cosa que escuchó todo el público presente, pero que el presidente del Tribunal, Dr. Triputti, ante el reclamo de la Abogada Mónica Fernández Avello, dijo no haber escuchado. Luego el mismo genocida siguió insultando en voz alta mientras declaraba uno de los testigos, y ahí sí, el Juez Ferro, le recrimino su conducta, instándole a que haga silencio.
Una vez que todos los inculpados, manifestaron su derecho a no declarar, se comenzó con la etapa declaratoria de los Testimonios.
Genocida Walter Bartolome Tejada, quien insulta a querellantes y testigos-victimas.
(FotoNuñez)


Los primeros Testigos-Victimas el Martes 1 de Noviembre:

  En Primer lugar declaro el Testigo Ricardo Bustos militante peronista, quien fue secuestrado en un operativo llevado adelante en su domicilio de calle Haití de nuestra ciudad, donde una treintena de efectivos con ripa de fajina y armas largas fueron a buscarlo. Luego de revisar toda la casa y robarse los elementos que encontraron,  lo suben a un camión y lo llevan al regimiento en primer lugar, donde es vendado y atado con alambres y luego conducido al Centro Clandestino La Escuelita. Una vez allí fue torturado con picana eléctrica previamente a ser mojado con agua: “Uno desaparece del mundo cuando le ponen la picana…” Lo interrogaban por su hermano Roberto Bustos. En el CCD pudo percibir la presencia de jóvenes, los cuales los tenían colgados, hacía mucho rato y pedían que por favor los maten. Relató que los hacían “caminar arriba de cadáveres”.
Relató muy angustiado, que pudo escuchar, cómo los torturadores, quemaban a un bebe de unos 8 meses con cigarrillos para que sus padres hablen, y sintió los gritos desesperados de la madre, que les pedía  que no lo quemen más…
  Sostiene que fue visitado por el Juez Madueño, su secretaria (Gloria Girotti) y otra persona más, que le tomaron declaración en lo que él cree que era el patio de la Escuelita.
  De la Escuelita es sacado, y previo simulacro de fusilamiento, es conducido a la UP4 de Villa Floresta a disposición del PEN, junto a su hermana Mirta y a Aníbal Lambrech. Lo tienen 10 días en la Cárcel y luego es liberado con la advertencia que si “lo veían en la calle lo iban a matar como a un perro”.
  Durante la dictadura fueron secuestrados y luego pasados a prisión, casi todos sus hermanos.
Las consecuencias personales las padece hasta el día de hoy, que debe tomar medicamentos y antidepresivos.
    En Segundo lugar dio su testimonio José Emilio Aspiroz, vecino y amigo de las víctimas de la familia Bustos, y el cual también fue secuestrado en ese operativo en la madrugada del 24 de marzo de 1976, donde seis personas “disfrazadas con máscaras” le entraron a su casa pateando las puertas y golpeando a su madre en la cara con la misma, y apuntando con las armas a sus hijos de 4 y 9 años, lo patearon e hicieron vestir para llevárselo secuestrado. Fue llevado junto a Rubén, René, Raúl Bustos y Ricardo Cardinalli. Fue llevado al Regimiento y alojado en la caballeriza vendado y atado, por algunos días.. Un día le trajeron ropa limpia, lo desataron, le dan una hoja y le hacen firmar bajo juramento que había sido bien tratado, lo cual “era una mentira y perdí la razón porque creí que me mataban”. Lo sacan de allí en una camioneta de la Policía Federal y lo llevan a la sede de Rondeau de la Federal, donde el jefe lo recuerda como BALDOVINO, quien le pidió disculpas, ya que “hay gente que paga y no tiene nada que ver”. Allí queda libre y se va caminando a su casa, que llega de madrugada.
Los que lo secuestraron aprovecharon y robaron cuanto pudieron de su casa, dinero, cuchillos de oro y plata, mercadería, ya que tenían una despensa, y cometieron destrozos a tal punto que no pudieron continuar con el negocio, por no poder reponer lo roto y robado. Durante su cautiverio escucho gritos y torturas a otra gente que gritaban que los maten.
Le quedaron secuelas psicológicas, tanto a él como a sus hijos, y también sufrió la pérdida de un riñón, que el médico le aseguró que se atrofio debido a los golpes recibidos. Le dijo al tribunal sentirse muy mal por estar allí declarando y que esperaba que sea la última vez.
   La tercer Testigo Josefina de las Nieves Concha Álvarez fue secuestrada el 21 de julio de 1976 en su trabajo, en la casa de un médico en calle España de nuestra ciudad y llevada a una comisaría, donde es interrogada y torturada, al mismo tiempo que le mostraban fotos de personas, de las cuales algunas conocía y otras no. Entre las fotos que pudo reconocer, estaban Zulma Matzkin, Alejandro Mónaco y la Vasca Izurieta, todos ellos militantes sociales y de la juventud Peronista  desaparecidos. De allí es trasladada a un lugar, que con el tiempo supo que era La Escuelita y en el cual había mucha gente compartiendo el secuestro con ella. Entre los sobrenombres de sus captores y guardias recuerda: Zorro, Zorzal, Jilguero, El loco. Un compañero de cautiverio, le conto que una noche, llegaron todos los torturadores borrachos y habían violado a todas las mujeres.
Permaneció 9 días desaparecida y fue liberada el 30 de julio junto con otra chica.
En 1978 es secuestrada por segunda vez en un operativo  en el barrio Mataderos, pero es llevada directamente a la cárcel junto a tres mujeres más, donde  permaneció alrededor de 17 días.
Concluye el testimonio pidiendo que se haga justicia y que esto no vuelva a pasar nunca más.

   Concluida la 5ta Audiencia en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejército a las 18.30 Hs. aproximadamente. Se reanuda al otro día, 2 de Noviembre cuando faltaban cinco minutos para las 10 Hs prosiguiendo con la Declaración de Testigos.
(Foto EcoDias)

(Foto EcoDias)














Miércoles 2 de Noviembre: Continúan los Testimonios.

La Primera en declarar en la mañana del miércoles fue Paula Blaser, Hija de Laura Manzo quien fue secuestrada el 29 de diciembre de 1975 junto a María Emilia Salto y Daniel Bombara en el barrio noroeste de nuestra ciudad, cuando ella contaba con 6 años de edad. Los tres militantes sociales y de la Juventud Peronista fueron llevados primero a una comisaría y luego a un lugar descampado en las afueras de la ciudad, lo que presumen que puede haber sido La Escuelita. Allí todos fueron sometidos a torturas, ensañándose particularmente con Daniel Bombara. Luego son sacados de ese lugar de tortura  y a su madre la dejan en la comisaría 2da. La pareja de su madre la lleva con otros compañeros que la cuidaron hasta que llegaron sus abuelos de Rio Gallegos. Junto a sus abuelos emprendieron la búsqueda de su madre por la ciudad, presentando habeas corpus y reclamos, sin respuestas, hasta ante la insistencia, en la comisaria le dijeron que la tenían ahí, pero no se la dejaron ver. Su madre, Laura, es trasladada a la cárcel UP4. Recién allí su abuela puede verla y es donde Laura le cuenta sobre las torturas recibidas  y los nombres de los torturadores, que eran Noel, Salinas y Kussman. Años después encuentran la carta donde su abuela había escrito estos nombres. Paula cuenta que en el año 2009 le llegó a Laura la citación para declarar en Juicio, pero había fallecido hacia 3 años exactamente debido a una enfermedad terminal. Su abuela que aún vivía, pidió que la llamen a declarar a ella, pero también falleció antes de la realización de los juicios, en el año 2010, lo que da cuenta del daño que produce la lentitud en estos procesos judiciales. El relato de Paula se basa en sus propios recuerdos y en las charlas con su abuela y su madre. Con respecto a Bombara, en la cárcel Laura Manzo escuchó que no lo habían querido recibir allí por el estado en el que se encontraba, moribundo, y que al no tener el aparato represivo de desaparición de personas, aún muy aceitado,  simulan toda la circunstancia de la muerte de Bombara, donde versionan la mentira de que un grupo de Montoneros  robó su cuerpo de la ambulancia policial. Bombara  ya había muerto por la tortura y no sabían qué hacer con su cadáver. Queda plasmada así la connivencia entre el Poder Judicial, el aparato represor y La Nueva Provincia que publica la farsa.
  Su madre permanece en la Cárcel hasta Agosto de 1981. De Villa Floresta la trasladan a Olmos, luego regresa a Bahía Blanca y por último es trasladada a Devoto. En Olmos, le toma declaración el Juez bahiense Madueño, junto con su secretario Hugo Mario Sierra. Declara las torturas y vejámenes pasados, aunque el juez no hace absolutamente nada. La testigo le entrega copia de esas declaraciones al TOF, con las firmas de Madueño, Sierra y de su madre. 
Paula relata las dificultades para poder ver a su madre durante esos años presa, donde el contacto físico era prácticamente nulo, solo por medio de rejas o de un tipo “locutorio”. También da cuenta de allanamientos y persecuciones que sufrieron ella y sus abuelos, mientras su madre estaba presa. En Agosto del año 1981, sale de la cárcel con libertad vigilada, a ella y a toda la familia. En el año 1982, ya con libertad completa, decidieron irse al exilio a Bélgica.
Entre los compañeros de su madre en Bahía Blanca Paula recuerda un matrimonio y sus tres hijos con los cuales compartían los juegos y  vivencias  de sus infancias en ese momento, que eran los hijos del matrimonio Santucho-Ginder y recordó principalmente a Mónica Santucho la mayor, quien también fue secuestrada torturada y desaparecida con solo 14 años. Enterarse de eso, fue muy conmovedor para ella.
  Paula remarca que las consecuencias de todo esto, son personales, pero también familiares y colectivas, ya que nos pasó a todos como sociedad.
“Estoy presente para declarar en parte por mí, pero fundamentalmente por mi mama Laura Manzo, que no llego a estar, por mi abuela Catalina Repetto que tampoco llego a estar, por mi abuelo Leandro Manzo, Polo, que tampoco llego a estar y esto hace a los tiempos de la justicia, a los tiempos de la espera. Desde lo personal podría decir que estoy esperando hace 40 años que esto pase, de mis 7 en que se la llevaron y todo lo que seguí viviendo después. Desde la democracia puedo decir que hace 30 años que estoy esperando que esto suceda.”
  “Quisiera decir una última cosa, Me Indigna que estos señores, muchos de ellos, estén con Prisión domiciliaria, me indigna enormemente, porque son culpables de Delitos de Lesa Humanidad, Yo soy la víctima, yo como muchos otros compañeros, no puede ser que nos estemos cruzando en las calles con esta gente y que sus guardadoras, sean sus propias mujeres, o sea, váyanse a pasear con sus mujeres… Realmente es indignante y hace que Uno se sienta absolutamente vulnerable, espero que se pueda remediar eso. Y en relación a todos esos años de espera, que hoy por hoy vengan a pedir prisión domiciliaria o que apelen a la edad que tienen avanzada algunos, bien señores, háganse cargo de lo que hicieron porque en definitiva se tardó muchísimos años en llegar a instancias como estas, las cuales valoro y agradezco profundamente, pero se tardaron muchísimos años. Si llegamos con ustedes ya grandes a esta altura, es porque también pudieron vivir toda una vida Impunes y libremente, pero ya no lo son más, No para la sociedad, espero que también Acá, se haga Justicia. Y no pueden estar en prisiones especiales o domiciliarias, yo a mi mama durante años la tuve que ver a través de un vidrio sin siquiera poder tocarla… lo mínimo es que tengan cárcel común y paguen por lo que hicieron”
  Así cerró Paula su testimonio en el medio de los aplausos del público presente.

  En segundo lugar declara Noemí Fiorito de Labrune,   86 años, es fundadora de APDH Neuquén en 1976, cuando  ante el llamado del obispo neuquino De Nevares para la conformación ciudadana de una organización que actuara en defensa de los derechos humanos, los Labrune  junto a varias familias del resto del Alto Valle conformaron la APDH.
Fue testigo en el primer juicio de Lesa Humanidad del Vto. Cuerpo de Ejército, en esta oportunidad, fue citada a declarar acerca de  los  imputados Arsenio Lavayén, guardia de la Escuelita apodado “Zorzal”, Oscar Lorenzo Reinhold, Antonio Alberto Camarelli y Osvaldo Antonio Laurella Crippa.
Su testimonio se basó en acciones que realizaron para la búsqueda de personas en Neuquén y la zona, así como también las acciones tendientes a la liberación o mejoramiento de los detenidos que se encontraban en la cárcel durante la dictadura militar. A su vez, puntualizó sobre las entrevistas que realizó como miembro de la APDH a los guardias de La Escuelita, en los años ’90 cuando imperaban las leyes de impunidad, los cuales confesaron su participación allí. Al referirse a ese momento, Noemí dijo que tanto para ella como para los que habían sido guardias era impensada la posibilidad de juicios.  Para la APDH estaban desesperanzados con respecto de la posibilidad de los juicios y para los que cometieron los delitos  estaban esperanzados seriamente que no iba a ver juicios.   
    El tercer testimonio corresponde a Gladys Inés Espínola Vera, quien declaró a través de video conferencia desde el Consejo de la Magistratura. Era amiga de Laura Manzo, se conocieron después que Laura salió de la cárcel, en agosto de 1981, ni bien salió de la cárcel. Laura le contó todo lo que sufrió en cautiverio, sobre las torturas, la vida en la cárcel y tenía conocimiento de una carta que se había escrito.
   Luego declaró María Cristina Prado, a través de video conferencia desde el Consejo de la Magistratura. Es víctima, testificó por el caso de María Emilia Salto y relató su experiencia.
Fue secuestrada de su casa en la localidad de Dorrego, a los 21 años. Estudiante de  Filosofía y Pedagogía en la UNS y vivía en  Bahía Blanca con dos personas más. En el momento del secuestro, los captores tenían la cara cubierta, la suben a un camión y la trasladan al CCD La Escuelita, donde permaneció allí durante 17 días. Estuvo con los ojos vendados, esposada a la cama de las cuchetas. Relató que para ir al baño siempre era custodiada por los guardias.
A los 17 días fue blanqueada su situación y con el “laucha” la llevan en una camioneta a la cárcel de Villa Floresta. Allí había presas comunes y políticas, entre las que se encontraba Laura Manzo y María Emilia Salto.  Cuenta que a las presas de la Unidad Penitencial N° 4 las trasladaban algunas a Olmos y otras a Devoto. Ella fue trasladada de Villa Floresta a Devoto junto a Laura Manzo y María Emilia Salto. El traslado fue en avión donde sufrió maltrato y violencia. Había música muy fuerte, la canción que se escuchaba era “Killing me softly”, la traducción es “Mátame suavemente”, estaba sentada y  tenía  la cabeza debajo de las piernas y fue muy perturbador para ella.
      El anteúltimo testimonio fue el de Liliana Griskan, es víctima del Terrorismo de Estado, tenía 22 años y era militante estudiantil. Entre fines de septiembre y mediados de octubre de 1976,  cuando cursaba el segundo año en la Universidad Nacional del Sur, un operativo rastrillo entró en su casa en la calle Estomba al 300 alrededor de las 12 del mediodía, cuyo único objetivo aparente fue su casa, porque fue el único lugar donde entraron. Estaban uniformados y con armas. Destruyeron todo en la casa, tiraron panfletos en su habitación. Luego de romper todo les dicen que a las 14hs van a volver. Liliana, el padre y el hermano no entendían. Efectivamente a las 14hs los van a buscar en un camión militar donde secuestran a su padre, a su hermano y a Liliana y los trasladan al Vto. Cuerpo de Ejército. Allí adentro, al hermano y al padre los derivan a una dependencia del Vto. Cuerpo y a ella a la Sala de Guardia del mismo lugar. Eran separados los hombres por un lado y las mujeres por otro. Cuando ingresa ve a tres o cuatro mujeres que estaban allí en la misma situación que ella y permaneció  tres semanas en ese lugar hasta que le otorgan la libertad junto a su hermano y su padre.
     Liliana relató que la interrogaban todo el tiempo sobre la UNS, sobre los estudiantes y las actividades políticas y estudiantiles y que para los interrogatorios las llevaban a otro sitio dentro del Vto. Cuerpo.
Ella era militante estudiantil en ese momento, adherente a la JUP (Juventud Universitaria Peronista) y cuando Remus Tetu cierras las carreras para todos los alumnos que no tuvieran el 50% de las carreras como Economía, Historia, Letras, etc., los estudiantes iban casa por casa  pidiendo firmas para que abrieran las carreras, iban a asambleas, etc. Relata que en ese clima mataron a un compañero Fernando Alduvino como así también a Watu (por Watu Cilleruello) y que posteriormente fueron secuestradas y desaparecidas Zulma Izurieta, Graciela Izurieta y Cora Pioli, todas estudiantes de la UNS. Recordó   también que fue secuestrada Alicia Partnoy (también estudiante de Humanidades)  junto a Carlos Sanabria y luego fueron liberados.
     En el operativo estaba el entonces Teniente Lawless. El padre y el hermano lo conocían  por  un inconveniente terrible con Lawless por un choque vehicular con el hermano uno o dos años antes del operativo, y lo reconocieron en ese momento,  en el operativo rastrillo que hacen en su casa.  Ella no lo conocía hasta que estuvo secuestrada en el Vto. Cuerpo de Ejército y  Lawless se presentó con otro nombre, se hizo llamar Jorge. Al día siguiente un soldado le comentó quién era y que se llamaba Alejandro. Lawless la “visitó” al menos dos o tres veces mientras ella estuvo en ese lugar.
      También refirió  que conoció en la Sala de Guardia al por entonces, Teniente Coronel Tauber, que la llamó para interrogarla sobre el ámbito de la UNS, le mostró una mesa llena de libros y le dijo que eso es lo que había incautado a los subversivos y que él se formaba ideológicamente con ese material. Fue la única vez que lo vio. Del mismo modo, explicó  que siempre estaba presente el Capitán Otero, que ella nunca lo vio, pero escuchaba  en los pasillos que lo saludaban y  que él formaba parte de la gente que estaba allí.
     En la Sala de Guardia estaban a cara descubierta y sin esposas, tenían televisión y las sometían a torturas psicológicas todo el tiempo.
     En su declaración enfatizó que siendo judío uno las pasaba doblemente peor en esas circunstancias en donde los tormentos se duplicaban.
Cuando obtuvo  la libertad, se casó  y se fue al exilio a Israel.
       Al finalizar su testimonio expresó: “Llevo en los genes la memoria de un genocidio, viví históricamente la muerte de mis compañeros más queridos a los cuales reivindico profundamente…Que se haga justicia, porque es la única arma que tiene la sociedad para que estas monstruosidades no se cometan nunca más y para que podamos respirar un clima de justicia y de utopía social y de convivencia fraterna entre las personas”.

(*) El choque con Lawless y sus consecuencias para la familia Griskan:
Fue un episodio que sufrió la familia Griskan entre el año 1974 y 1975, el hermano tuvo un choque con el entonces Teniente Lawless y por ese motivo, hacen un acuerdo entre ellos, el auto del hermano iba a ser arreglado por el Ejército y  cuando al hermano le entregaran el dinero del seguro se lo iba a dar a Lawless. En ese transcurso de tiempo, mientras el auto estaba en el Vto. Cuerpo de Ejército, Lawless iba a la casa de Griskan y hablaba amigablemente con el padre y el hermano.  Cuando el hermano y el padre ven el estado del auto, quiebran el trato al constatar el auto estaba en  pésimas condiciones además que le habían robado todo lo que había adentro.
A pocos meses de este episodio, al hermano de Liliana le reabrieron la libreta militar y lo enviaron a Colonia Sarmiento. Él había  quedado liberado del Servicio Militar por un problema de columna antes del choque. Al mes de estar en Colonia Sarmiento, la familia recibió la noticia que estaba con un problema psíquico grave y con inmovilidad en las piernas. Lo trasladaron a Campo de Mayo y en ese lugar le aseguraron a la familia Griskan que le habían dado órdenes expresas  por parte de Lawless de maltratar a Griskan. Le dieron la baja y al año siguiente aproximadamente realizaron el operativo rastrillo en la casa familiar.

       El sexto y último testimonio fue el de Pedro Alberto Golub,  víctima de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Vto. Cuerpo de Ejército y declaró  por el caso Griskan.
Secuestran a su hermano y a su primo en Mayor Buratovich y Pedro comienza la búsqueda incansable para encontrarlos, entre tantos trámites que realizó, presentó habeas corpus en el Colegio de Abogados de Bahía Blanca. Sospechaba que estaban en el Vto. Cuerpo de Ejército por los contactos con los que habló  en el momento de la búsqueda.  Se acercó al Ejército con su cuñada que estaba embarazada y la  mujer de su primo. Esperaron  allí un rato hasta que de la guardia del Vto. Cuerpo de Ejército le dicen que  ahí  no pueden permanecer y  que para obtener información tenían que esperar en la entrada del Parque de Mayo. Así lo hicieron, fueron hasta la entrada del Parque, aparece un Ford Falcon y los secuestran.
     Los trasladaron adentro del Vto. Cuerpo de Ejército,  liberan a la cuñada y a la otra mujer, mientras que a él lo mantienen allí, lo llevan a las dependencias donde tocaba la Banda del Ejército y ve que en ese lugar estaban su hermano y su primo.  Permanece secuestrado durante 21 días, el primo y el hermano salen en libertad una semana antes que Pedro Golub. Estando allí, pudo ver que los Griskan,  padre e hijo, ingresaron una semana después que él. También se encontraban  Dexter y Ricardo del Río, entre otras personas.
     Relató que él conocía  desde antes de su secuestro todo lo sucedido con la familia Griskan, sobre el siniestro con Lawless y lo ocurrido después con el Servicio Militar del hijo Griskan porque era muy amigo de la familia.
 
(Foto Luis Salomon)


    Al finalizar los testimonios del  día, el Fiscal José Nebbia insistió en el pedido que había hecho oportunamente en la audiencia del día miércoles 19 de octubre que los detenidos que tienen prisión domiciliaria en la ciudad, se acerquen a la Unidad Penitencia N° 4 y de allí se trasladen en el camión  junto con los demás hasta Colón 80, y luego al finalizar las audiencias sean retirados  del recinto de la misma manera, para evitar el contacto con las víctimas y los familiares de las víctimas en la calle. El fiscal Nebbia relató que al finalizar la audiencia del día anterior había presenciado una situación que resultó bastante violenta cuando los imputados se retiraban con sus guardadoras, esbozando alguna sonrisa al cruzarse con víctimas sobrevivientes y familiares de las víctimas.
   El Tribunal respondió ya había tomado una decisión al respecto cuando fue planteado por primera vez por el Fiscal Palazzani y que se iban  a tomar las medidas pertinentes para ver si se había desobedecido esa resolución.
  La situación con los Reos que tienen domiciliaria era exactamente la misma, por lo que nosotros sabemos que no se había obedecido ninguna disposición, en caso que se hubiese dado realmente.
 
(Foto Luis Salomon)


  

 El día martes 1, presenciaron las Audiencias estudiantes de la Escuela Media Nº6, de calle Vieytes y el miercoles 2, asistieron alumnos del Colegio Mosconi de Ing. White.
  Docentes o alumnos/as de 16 años en adelante que quieran asistir al juicio en esta importante etapa testimonial, pueden escribir notificando la concurrencia a la secretaria del TOF: francisco.pereyra@pjn.gov.ar
      Nuestra presencia es sumamente importante en esta etapa, donde las víctimas, familiares y testigos, declaran toda su experiencia, dolorosamente vivida. Acompañémoslos, no los dejemos solos. Para asistir sólo hay que llevar el DNI y ser mayor de edad.

 Las Audiencias en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejercito, continuarán el día Martes 15 de Noviembre desde las 15 hs y el día Miércoles 16 de noviembre desde las 9 hs._





EL ÚNICO LUGAR PARA LOS GENOCIDAS ES LA CÁRCEL COMÚN!!
JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS RESPONSABLES DEL GENOCIDIO!
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.


(Lo aquí expuesto, no es una cobertura periodística, ni mucho menos, sino solo un registro militante de lo sucedido en las Audiencias desde nuestra mirada.)

Todo el contenido es para compartir sin restricción, si se hace, solo pedimos que informen que proviene del registro de  H.I.J.O.S. Reg. Bahía Blanca.


30.000 Compañeros Detenidos -Desaparecidos Presentes!
H.I.J.O.S. Bahía Blanca.
(Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio)


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