domingo, 2 de agosto de 2020

JuicioTripleA Bahía Blanca:Miercoles 29 y Jueves 30, siguieron los testimonios


 El miercoles 29 fueron tres los testimonios escuchados:

Este miércoles tuvo lugar una nueva audiencia en el juicio por delitos de Lesa Humanidad que contra cuatro acusados de pertenecer a la banda parapolicial Triple A en Bahía Blanca.

Foto: H.I.J.O.S. BahiaBca.

En esta oportunidad declararon tres testigos quienes relacionaron en mayor o menor medida a los imputados en esta causa, Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Osvaldo Pallero y Héctor Ángel Forcelli.

El primer testimonio escuchado fue el de José Oscar Lualdi, obrero y militante en el ámbito de la construcción y posteriormente empleado del frigorífico CAP al momento de los hechos.

Dice reconocer a algunos de los imputados en diferentes episodios en aquella época. Relata haber visto a Aceituno y Pallero junto a otros, cuando la conducción del gremio de la carne realiza una toma del frigorífico, junto a Rodolfo Ponce, a quien indica como el jefe de dicha asociación ilícita, la Triple A.

Gracias al gobierno peronista, y en lo local, la conducción de los Bustos, había una explosión del crecimiento del trabajo y mucha mano de obra ocupada, para realizarlos. Ante la llegada del secretario general de la UOCRA, para su intervención, nuevamente dio cuenta de haber visto a la patota en esa ocasión

Más adelante asegura que quien manejaba cotidianamente uno de los autos que utilizaban esta patota para amedrentar y recorrer la ciudad, eran Juan Carlos Curzio, con Héctor Forcelli de acompañante, los otros dos imputados en este juicio.

Buenos Vecinos

En segundo lugar se escuchó el testimonio de la Sra. María Cristina Leiva, la cual fue convocada en relación a la víctima Alberto Pojomovsky, conocida de su familia y muy amigo de su padre. Leiva ya había declarado en juicios anteriores por el secuestro de su padre, Luis Leiva.

Cuenta que su padre era permanentemente amenazado por la Triple A en su oficina de la Unión Ferroviaria en Ingeniero White, por gente como Aceituno, Cardone y otros, todos vecinos del pueblo, que andaban en un Falcon rojo.

Relata que conoce algunos de los acusados, sabiendo a que se dedicaban, como Aceituno y Pallero, y de otros no tenía conocimiento. Con Aceituno son vecinos desde pequeños en Ingeniero White, ambos padres trabajaron juntos, y cuenta que:

“Las andanzas de él (Raúl Aceituno) eran vox populi, porque estaba en el gremio de URGARA, (cuya conducción estaba en manos de Rodolfo Ponce) que manejaba irregularmente su vida privada, y por dichos del papa también muy angustiado por la vida que hacia su hijo. Así que a través de la familia de él, nos enterábamos de las andanzas de Raúl Aceituno. Lo que él hacia lo conocíamos, pasa que en esos momentos, de tanto miedo, tanto temor, era todo muy a sotto voce”.

 “Su padre (el de Aceituno) lloraba angustiado y avergonzado, comparaba al hijo éste con el otro que murió salvando vidas cuando exploto el elevador número 5, era bombero, y el manifestaba siempre la diferencia de un hijo del otro” agregó Leiva.

Más adelante la testigo relata que de Aceituno sabia su accionar desde siempre “desde que empezó a trabajar en la Junta Nacional de Granos y Urgara, ya era un delincuente”.

A Pallero lo conoce de haberlo visto en el Partido Justicialista, lo cataloga como un tipo raro y con carácter difícil.

Llamadas intimidatorias

Leiva conoció a Curzio fugazmente como corredor de motos, y en dos oportunidades, éste, concurrió a una cantina de mariscos que regenteaba la declarante.

La testigo cuenta que para su asombro, hace cosa de un mes y medio recibió un llamado de Curzio. Aclara que nunca tuvo trato pero que el imputado le dijo que él no tenía nada que ver con esta causa, y que lo involucraron por una cuestión de dinero.

“Lo que me pregunto es porqué me llamo, porque no veo el motivo. No sé si el sabría que yo tenía que declarar, si llamo pretendiendo una intimidación o advirtiéndome. No me dijo nada pero a veces no es necesario hablar. Me pregunto porque después de tanto tiempo, años que no lo veía, me llamo por teléfono.”

Posteriormente la testigo relata que un primo hermano suyo, Basilio “Chacho” Pérez, miembro de la banda de la Triple A, contaba en reuniones familiares como secuestraban o asesinaban con Argibay, con Aceituno.

En una oportunidad contó como mataron a Luis “El Negrito” García, “como algo gracioso” referenciando que le habían cortado los testículos.  Pérez estaba involucrado al gremio de Sutyaga “otro nido de delincuentes, ahí se juntaban Sañudo, Chisu…”.

Señala que desea que este proceso repare al menos a las familias que perdieron a sus seres queridos asesinados impunemente y sin motivo.

Juan Carlos Curcio, haciendo gestos obsenos a la salida del juicio.
Foto Luis Salomon.

Por ultimo declaró Alberto Brandan vinculado al gremio de Empleados de Comercio. Se refirió a los imputados y el resto de los involucrados en la banda parapolicial como que eran conocidos por ser “los chicos malos” de la ciudad.

El único aporte sustancioso para la causa que dio el testigo, fue el relato sobre un episodio donde vincula al imputado Héctor Forcelli, de haberlos recibido en Colon 80 de la UNS, a Ezequiel Crisol y al declarante en una reunión para que les reabran un bachillerato para adultos. En ese contexto, fueron recibidos de manera intimidante por Forcelli armado en carácter de custodio.

  Al entrar le dijeron a Remus Tetu, el rector interventor, por qué estaban allí y este de mala manera saco un arma dijo “ahora estamos nosotros” y se terminó la reunión. Relata no saber si la Triple A actuaba en Bahía Blanca, ni si hubo algún asesinato al respecto.

Pedido de detención

Debido al testimonio de María Cristina Leiva la Fiscalía pidió la detención de Juan Carlos Curzio, a raíz a su llamado a la testigo, sin causa alguna, siendo que es una testigo importante, para la fiscalía ese llamado no tiene otro motivo que intimidar y condicionar a su testimonio.

Considera la Fiscalía que ese mensaje se extiende a todos los testigos no solo a Leiva, ya que en este juicio ya se cayeron testimonios de testigos que no quieren declarar por sentir temor manifiestamente.

“Es importante que los jueces piensen en función del mensaje que les queremos dar a los testigos que tienen que venir aquí, piensen en la situación de cómo Curzio, que está en libertad, se comunica con los testigos de esta causa”.

El Ministerio Publico lo expone como un entorpecimiento del proceso, intimidación de los testigos y en esto fundamenta el pedido de su inmediata detención.

El Tribunal integrado por los jueces Roberto Amabile, Marcos Aguerrido y Pablo Díaz Lacaba, deberán resolver el pedido de detención el día Jueves, después de las 9hs que se reanudara el debate

 

Foto: Luis Salomon.


El dia jueves 30 de Julio, se cumplio la segunda jornada de la semana:

   Con otros tres testimonios este jueves, se dio por concluida la semana de audiencias en la causa de Lesa Humanidad “Aceituno, Raúl y otros…” conocida como Triple A, en Bahía Blanca. Las mismas retomaran los días Martes 11, Miércoles 12 y jueves 13 de agosto, según informó el Tribunal.

Curcio seguirá en libertad

   Al inicio del debate,  el Tribunal compuesto por los jueces Amabile, Aguerrido y Díaz Lacaba, dio a conocer la resolución  pendiente del día miércoles, sobre el pedido de revocamiento de la excarcelación a Juan Carlos Curcio por intimidación a una Testigo. Brevemente el Juez Amabile explico que No se le dará curso al pedido de fiscalía, por su situación legal, el estado de salud del imputado y por la situación de pandemia actual, por lo que “el loco” Curcio seguirá excarcelado y en su domicilio. Paralelamente, el TOF le solicitará un informe al Programa Verdad y Justicia, para que le informe si hay testigos que hayan expresado miedo o temor de declarar en este juicio, algo que ya lo ha confirmado y fundamentado  la fiscalía.

Sembrando Terror en la UNS

  El primer testigo en entrar al Aula Magna de Colon 80, fue Eduardo Bazan, un ex trabajador de la Universidad Nacional del Sur, quien era al momento de los hechos, administrativo del sector de liquidación de haberes. El declarante aportó datos sobre los movimientos de los miembros de la patota asignados a Colon 80, como seguridad del interventor Remus Tetu, a los que se los nombraba como “los celadores”. Entre los integrantes reconoció a Argibay, los hermanos Chizu, Aceituno y aproximadamente tres más, quienes siempre todos estaban armados.

 Relata situaciones de mucho miedo ante estos sujetos, y ejemplifica que a otro empleado de la UNS,  lo habían llevado la patota hasta el cementerio, y lo tirotearon al piso y costados, sin pegarle. Cuando el empleado volvió, aterrorizado lo contó y eso trascendió. En otra oportunidad lo intimidaron a él, cuando uno de los hermanos Chizú, fue a su lugar de trabajo a preguntar por su apellido. Esto lo dejo intranquilo, y cuando se cruza con Argibay le pregunta si pasaba algo con él, la respuesta de Argibay  fue: 

“no pibe no te preocupes, lo que pasa que en la foto del carnet de identificación estas sin barba…” porque se había dejado algo de barba en ese momento. “-Eso es todo? Le dije, -Sisi quédate tranquilo, pero yo te diría que te afeites…. 
-Por supuesto al día siguiente me afeite”.

   Luego del golpe recibe un telegrama donde lo dejan cesante de la UNS, y posteriormente se entera que le habían aplicado la “ley antisubversiva”.

Mano de Obra ocupada

  El segundo testimonio de la jornada fue el de Juan José Isachi quien a la fecha de los hechos se encontraba haciendo el servicio militar en el Comando, en el hospital y también en comisión como chofer de Catuzzi y de De la Serna. El testigo ya había declarado en la “Causa Bayon” por el V Cuerpo de Ejército, y la fiscalía lo convocó para que amplíe una parte puntual de su relato.

  En ocasión de haber manejado el auto de la custodia del General Vilas, 2do Jefe del Comando V cuerpo de Ejército, pudo observar que parte de la custodia eran personal militar y también personas de civil armados. Entre los civiles, se hallaban los dos hermanos Chizu, a quienes los nombra como “Ginebra y Petaca” y que se sabía que ambos eran guardaespaldas desde antes del golpe, más específicamente de Rodolfo Ponce, Secretario de la CGT y quien lideraba las Tres A.

  Héctor y Miguel Ángel Chisu, fueron dos de los miembros más reconocidos y nombrados de la Triple A bahiense. Ambos fallecieron impunes, Héctor “Ginebra” Chisu, apenas un par de meses antes que comience el juicio.

Amenaza documentada

   El último testimonio del día fue el registrado por Edgardo Fernández Stacco, Licenciado en Matemáticas y cuyo motivo de su declaración remite a un libro de su autoría que se llama “Abandono de la Contemplación”, Apuntes para la historia de la Universidad Nacional del Sur y es una investigación sobre los primeros 50 años de la Universidad Nacional del Sur.  El Libro de contextualiza político y socialmente, las diferentes situaciones que se vivieron dentro de la UNS. En ese marco, en el año 1974, fueron amenazados de muerte un grupo de cinco docentes, entre ellos quien declara, quien aún conserva la carta de amenaza  que le leyó al Tribunal:  “Comunicado: Por haberse reunido el Tribunal del Pueblo, del verdadero pueblo, y ser encontrado culpable del delito de traición a la patria y al gobierno del pueblo, por sus vinculaciones con el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y la entrega de la Universidad a la Sinarquía internacional, se le comunica que ha sido sentenciado a muerte. Esta sentencia será cumplida en el lugar que sea encontrado.” Todo el texto escrito a máquina y de forma manuscrita las siglas AAA (Alianza Anticomunista Argentina). El Tribunal pidió al testigo que otorgara una copia de la misma.

  Debido a las amenazas de la Triple A, que el testigo cree que comenzaron a actuar en Bahía Blanca con el asesinato de Luis “el Negrito” García, consideró necesario irse del país, y ante la invitación en 1974, de un compañero que había creado un departamento de ciencias en Venezuela, decide exiliarse allí hasta diciembre de 1983.

A principios de 1975. Remus Tetu deja cesantes a más de 200 profesores, quedando diezmado el departamento de matemáticas donde trabajaba. Profesores que no eran de Bahía, aunque no habían sido echados, igual decidieron volverse a sus lugares e irse de Bahía Blanca debido al clima de terror reinante. Tetu nombra como personal de seguridad a todos los miembros de la Patota, más de veinte, para poder pagarles el sueldo. Esto según el testigo, consta en las resoluciones del rectorado, (documentadas y encuadernadas) las cuales investigó, y donde se puede apreciar que Argibay era el jefe, ya que cobraba considerablemente más que el resto.

  El profesor y militante del Partido Comunista, Fernandez Stacco, prosiguió dando detalles de la investigación que fue material de su libro, en el que une su visión de la historia de la UNS, con la ciudad y el País.   

 Proximas Audiencias: Martes 11, Miércoles 12 y jueves 13 de agosto

 

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